Bitácora de Isabel Huete

SOLIDARIDAD CON HAITÍ

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03 marzo 2009

El fondo de los cajones esconden sorpresas


En la tarea de ordenar todos mis papeles y tirar muchas cosas inútiles ahora que he convertido mi casa en una cajita de bombones (bueno, es un decir), me reencontré con una micro-historia de amor a través de la única correspondencia que tuve con el interfecto, hombre casado pero aburrido de estarlo y de trayectoria personal muy reconocida en los ambientes políticos y culturales de la época (hace 20 años más o menos). Yo ya lo había olvidado pero no hay como guardar recuerdos para que estos vuelvan al presente como fantasmas simpáticos con cadenas de cristal.

Transcribo la carta que me envió, antes del viaje a China que iba a iniciar, y la que yo le contesté porque ambas me parece algo curiosas.


"Te veré en China. A la puesta del sol me encontrarás esperándote, vestido de gris y oro, en el primer ángulo izquierdo de la gran muralla.

No te retrases demasiado. Tengo entendido que el sol se pone rápido y mi discurso dura varias horas.

Madrid, Maribel, es un lugar para desconocidos. En Pekin los niños no lloran. Todo es muy íntimo. No te dejes llevar por la multitud.

Piensa cosas despacio. Humedece tus labios con la lengua y desemboca suavemente hacia la inteligencia. Hacia mí.
A."

:::::::

"Me fue difícil encontrarte. Cuando tú llegaste llevaba yo esperándote varias horas. Vi cómo te acercabas por el camino con paso seguro pero lento. Vestido con los colores de la lluvia y el sol.

Resultaba yo tan insignificante al lado de la gran muralla que apenas notaste mi presencia. Agité mi mano y sonreíste.

Cuando empezó tu discurso tomé asiento a tu lado, cerré los ojos y me dispuse a escuchar. Tu voz llegaba hasta lo más hondo de mis pensamientos, taladrándolos uno a uno.

Han pasado los días y las noches y tus palabras vuelven una y otra vez a mi sin yo ir a buscarlas. He comprendido que debo acostumbrarme a convivir con ellas porque son mi única compañía en las horas de soledad.

El camino hacia la inteligencia, que no es lo mismo que hacia ti, es largo. Con el tuyo no reparo en la distancia ni en el tiempo porque sé que me esperas y cualquier noche, bajo las estrellas, nuestra comunión será perfecta. Creo.
M."

Fue un micro-amor porque acabé aburriéndome de tanta vanidad y decidí que lo aguantara su santa que, por cierto, era una bellísima persona. En todo caso, aunque no me hubiese aburrido, nunca se me ocurrió pensar que fuera a durar demasiado. Los hombres casados tienen eso, que o asumes que eres la amante o vas de culo. Y los/as amantes, por lo general, tienen poco recorrido pero mucha más libertad para salir por piernas.

Sorpresas y poesía.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues coleguilla, yo creo que lo raro es que no se aburran de sus santos y/o santas, yo desde luego me aburría mucho y no era un santo precisamente. Y eso que le fui fiel, en el sentido más clásico de la palabra fiel, claro, porque se pueden poner muchos cuernos solo con la cabeza.
Y ser "la otra" pues en fin, depende de lo que busques en la vida, dejando de lado consideraciones morales, que las hay (yo al menos las tengo aunque depende de como y con quien). Yo a veces he pensado que es lo ideal porque no te molesta mucho. Claro que puede que te moleste tan poco que llegue a ser muy molesto.
Y hale, a ver si adivinas quien soy.
Besos.

Javiera A Vega Gutiérrez dijo...

jjajajaja que divertido como se escribian...

Pedro Ojeda Escudero dijo...

También les pasa a las mujeres casadas y los amantes masculinos...
Pero la vida está trufada de estas cosas y así vamos cargando la mochila.
Eso sí, estas historias se cuentan siempre según cómo fue la salida...
Besos.

Marian Raméntol dijo...

Me parecen preciosas esas misivas de micro-amor, Isabel, al menos no caen en esos lugares comunes que ya nos sabemos de memoria, son pedacitos de una historia, y por ello tienen valor...

Un super beso
MArian

GEORGIA dijo...

Excelentes ambas cartas...hermosa manera de decir, de esperar y de partir

un abrazo

Silvia_D dijo...

Que cosas...

Tema espinoso. Ser la otra es cómodo, más que ser la santa, eso lo tengo claro jojojo Soy de naturaleza infiel, lo reconozco, como mínimo de pensamiento. Si es que hay tantossssssssss que para qué quedarse con uno solo jajajajaja

Pienso que el matrimonio es un engaño, por no decir una barbaridad. Es que no hay dios que aguante la convivencia sin desgaste, al menos si vives con un cerdo oing oing.

Besos, cariñita mía guapa que eres un sol!!

Sibyla dijo...

Isabel, cómo me ha gustado lo que relatas acerca de la sorpresa y poesía.

Es cierto que los recuerdos materializados en formas insospechadas, nos sorprenden cuando menos lo esperamos.
En tu caso ha servido para contar y compartir esos momentos, y te quedó un post estupendo.

Estoy contigo, el camino hacia la inteligencia es largo, y nunca se termina por recorrer...

Besotes preciosa:)

Anónimo dijo...

Precioso Isabel. Poderse contar entre los que se escriben para tener una aventura, es todo un privilegio. Pequeños extractos de un tiempo, gotitas de memoria. Delicioso.

Sí, la vanidad se asoma sin timideces en ciertos momentos de la carta, cosa que con la perspectiva de los años te lo habrá hecho más jocoso.

Un buen saco de besos.

fotosbrujas dijo...

Mis cajones creo q esconden muertos
el caso es que de vez en vez hago limoieza y les veo llenos de objetos que han cobrado un valor especial
saludo sbrujos

Anónimo dijo...

Yo creo que las personas tenemos muchas vidas, como los gatos, revolver en los cajones del pasado es recordar alguna de ellas, porque también nosotras hemos cambiado, personalmente me da alergia mirar hacia atrás, quizá por que mi vida actual es la mejor que he tenido, pero es verdad que a veces resulta interesante.

Besitos

jg riobò dijo...

Vanidad es vicio universal.

Teresa dijo...

JAJAJAJAJAJAJAJAJA

-Oh soy un oropel para tus labios de borrica.
-Pues toma coz, ¡so membrillo!

Merche Pallarés dijo...

"...el camino hacia la inteligencia, no es lo mismo que hacia ti..." ¡Me ha encantado esa frase! Besotes, M.

FOTOLIA