Bitácora de Isabel Huete

SOLIDARIDAD CON HAITÍ

SOLIDARIDAD CON HAITÍ
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31 enero 2008

Mimos

La nariz tapada, los ojos hinchados y llorosos, la boca seca y una tos de camionero... ¡Ayyyyy, qué malita estoy! Odio encontrarme mal, sin ganas de hacer nada, deseando estar metidita en la cunita tapada hasta las cejas, pero no lo hago porque me faltaría lo fundamental: los mimitos. Y sin mimos no hay cama porque entonces me siento, además de físicamente mal, desvalida, indefensa. ¡Qué cariñitos en el pelo me hacía mi mami de peque cuando estaba malita! Ahora sigue haciéndomelos, pero sólo cuando viene a Madrid y nadie nos ve.

Yo, que parezco tan entera siempre, tan echá p'lante, tan independiente, tan dispuesta a jugar todas las partidas, cualquier trancazo de mierda me derrota. Y es curioso que ante enfermedades de mucho mayor calado, en vez de bajar la cabeza levanto la barbilla y me vuelvo desafiante. ¿Será quizá que los retos me ponen? Supongo que sí, pero no por nada especial; terquedad más que otra cosa, y rabia.

A pastillazo limpio estoy para poder ir mañana a la presentación del nuevo libro de Inés Matute "Autorretato con isla", en La Casa del Libro de la Calle Fuencarral de Madrid, a las 19:30, creo. Pero no sé si el paracetamol y el antitusivo harán su labor a toda leche y me permitirán ir hoy a ver a Inma Luna recitar en Getafe poemas de su también último libro "Círculo de Newton". Me digo: tía no fuerces la marcha, tranqui, que no pasa nada si no vas aquí o allá. Pero me da corage que los mocos me roben estos ratos de poesía, de encuentro con los amigos/as, ¡y encima sin mimos! En fin... Que la suerte me acompañe.

Pido mimos, y poesía

29 enero 2008

Un hombre, un poeta, un amigo

No sé por qué llevo días pensando que me gustaría irme a una casita perdida en la nieve, rodeada de bosques, y apoyar la frente en el cristal de la ventana para sentir el frío de fuera mientras me tomo un chocolate caliente. Debe ser morriña, nostalgia de algún sueño imposible. Quizá desearía ver aparecer por el camino las luces de un coche, o quizá me conformara con acercarme al fuego y dejarme dormir sobre el sofá. Silencio y soledad. Brasas sobre la palma de mi mano y frío en las entrañas, o quizá al revés. Calor y frío. Amor y desamor. ¿Qué más da el orden cuando el viento crea turbulencias en el cerebro y abismos en el corazón?

Volvamos a la tierra, al lodo seco y quebradizo de tanta no lluvia. Uberto Stabile, amigo y poeta, estuvo el jueves pasado en Madrid presentando su último libro Maldita sea la poesía, editado por Eclipsados. Un gozo de poemas y un pozo de sentimientos. Se aprende de la vida leyendo a Uberto; también sus versos pueden incitar al llanto y a la rabia, y a valorar los malos tragos (los del alcohol y los de la miseria humana) como tormentas inevitables, aunque transitorias, que nunca ensombrecen la salida del sol. Uberto es el afecto hecho hombre, la sensibilidad traslúcida de un ser de otro planeta, llegado de un cosmos inimaginado e inimaginable. Su cosmos es sólo suyo, son sus sentimientos hechos palabra, poesía de la de verdad.

Y como mejor muestra, este poema de su libro que a mí me ha encantado.

Autorretrato

Soy un hombre de treinta y dos años
de complexión latina y algo soñador.
Nací testigo de una Europa lánguida, inminente
y profunda conocedora de su poder.
He viajado sin rumbo fijo
con el atillo de quien se sabe incierto
recorriendo esta geografía en contínua
transformación.
De vez en cuando descanso y recuerdo
le pongo nombre a las nubes y sonrío con frecuencia.
Sobre las copas de vino reino y proclamo repúblicas
que con el tiempo olvido.
Mi vida siempre tuvo dos puertas
y ninguna de las dos proyectó mi sombra.
Hace años quise ser de otra manera
y hoy no hay manera de saber quién soy.
Hice como Rilke de mi corazón mi patria
mitad beat, mitad sufí y un poco dulcinista.
Desbrocé el jardín de las grandes verdades
para sentirme mestizo y criollo.
Me gusta bailar y cuando bebo
ponerle el cascabel al gato
recitar a Horacio y entrar en casa por la ventana.

Y no me puedo resistir a este otro:

Ensayo para una pasión

Ese infinito proceso de la melancolía
que sustituye a la inteligencia
cuando reclamamos el derecho
a nuestros humanos errores.

Como Henry Miller rogaba a Dios que no le hiciera
sabio
así es, lento y doloroso el conocimiento
la intuición quizá
de todo lo que ha de sobrevivir
cuando la pasión termine.

Y después de la presentación, que hicieron Nacho Escuín y Ángel Petisme, dos fenómenos también de la poesía, nos fuimos de cenita a una taberna gallega. Nos pusimos como las botas y como los botos, en el mejor lugar para no sentirse nunca extranjero, en Lavapiés. Yolanda, Mayo, Lucas, Ángel, Nacho, Sonsoles, Uberto, y otros más, y la menda. Después copitas en el Traveling, buenos gintonics y risas. Noche estupenda con amigos muy queridos.

Bendita sea ésa que lleva por nombre Amistad, cuya caricia no quisiera que me faltara nunca.

Poesía y poesía.

23 enero 2008

Gaza

Mis queridos habitantes palestinos de Gaza: estáis atrapados en la miseria y la injusticia del mundo, de los que lo manejan y manipulan, y yo lloro por ello. Nada de lo que hagáis justifica esta barbarie que estáis padeciendo. Yo no soy nadie para cambiar las cosas (aunque lo intento desde mi mísera posición) pero os llevo en el corazón aunque eso no pueda liberaros, ni serviros de consuelo. ¡PAZ DE UNA PUTA VEZ!
Impotencia y posía

22 enero 2008

Por una ley de plazos

¡Qué país este! Ayer se manifestaban los fachas reivindicando no sé qué medidas contra la inmigración disfrazados de caperucita roja, pero con el lobo gruñéndoles dentro, a dentellada partida, gracias al permiso de los jueces... Y mañana lo hacen las mujeres para exigir una Ley de plazos y contra el acoso de la Comunidad de Madrid, disfrazada de dama pero con el cutrerío rebosándole las entrañas, a las mujeres que han abortado y a las clínicas que practican el aborto. No saben, ¿o sí?, lo cerca que están los unos de la otra.
Abortar por necesidad es como una puñalada que una se asesta para no recibir mil más. Quedar embarazada sin desearlo puede ser una irresponsabilidad de la mujer, del hombre, o de los dos. Y muchas veces ni siquiera eso. Las zancadillas del destino existen, y los que recurren al lloriqueo "es que con el preservativo no lo siento igual", los mentirosos y los violadores, también. Pero la cuestión va más allá de las causas, lo que importa son los efectos. Y la libertad de poder decidir debiera ser incuestionable. Casi ninguna mujer, si de ella dependiera exclusivamente, abortaría. Y digo "casi" porque hay excepciones sustentadas por el simple miedo a lo desconocido.
¡Pues haberte puesto un imperdible, niña!
¡Pues no me salió de los ovarios, ¿vale?!¡Que se hubiese puesto él un tapón!
Pues jódete...
No, si jodida ya estoy, pero no pienso estarlo toda la vida.
Deberías tenerlo y asumir tu responsabilidad.
¿Y tú qué coño sabes de esto? ¡Tenlo tú!
Yo no puedo, soy hombre.
Pues entonces cierra esa boquita de una vez porque nunca podrás saber de lo que estoy hablando, y menos aún lo que estoy padeciendo.
Y se puede padecer por cuestiones morales, o religiosas, o sociales, o familiares, o de pareja, o por un sin fin de circunstancias... que están ahí, inamovibles, señalándote con el dedo acusador. A partir de ahí se va disolviendo tu yo como un azucarillo. Has pasado de ser una mujer libre a una mujer atrapada en tu circunstancia. En lo que menos piensas es en que estás concibiendo un hijo/a, sino en que dentro de ti empieza a desarrollarse otra vida, que es tuya, con alma o sin ella, eso es lo de menos. Y piensas que si tu madre hubiese abortado de ti no estarías planteándote nada de esto, sencillamente no existirías, serías parte de la nada. No puedes evitar preguntarte cómo sería ese niño/a si naciese, qué cariño le darías y cuál recibirías. Siempre lo/la imaginas bellísimo/a, tierno, inteligente, cariñoso. Pero hay que renunciar, no puedes con ello por las razones que sean, sólo tienes una puerta de salida y hay que traspasarla, no hay otra. Y le escribes una carta a ese hijo que no va a nacer pidiéndole perdón por no haber podido, o sabido, contar con él. Cuando la acabas sientes una especie de liberación, como si hubieses limpiado una mancha resistente, aunque sabes que nunca desaparecerá del todo. También sabes que el tiempo es un bálsamo. La decisión está tomada.
Y sales por la puerta de la clínica mirando de frente pero con las gafas oscuras puestas, por si alguien te mira. Cuando llegas a casa te las quitas, y vas al cuarto de baño a mirarte en el espejo. Sigues siendo tú, compruebas. Y sonríes.
Pasan los años y ya todo es un mal recuerdo que espantas en cuanto aparece, pero viene un poli mandado por la derecha más hipócrita, por la derecha que aborta tanto, o más, que los demás, y te dice que pudiste cometer un delito, que el juez quiere interrogarte, que tu vida de ahora no le interesa, que si superaste aquél mal día hiciste mal, que, como en las pelis, el pasado siempre vuelve, que la mancha está más negra que nunca. De nuevo el ¡jódete!
No todo está perdido: me he enterado que hay toda una Iglesia rezando el rosario por ti, por la salvación de tu alma pecadora, para que no te condenes en el fuego eterno.
Libertad y poesía.

21 enero 2008

Mi relato en Espacioluke

Como ya anuncié hace días, la revista virtual Espacioluke me ha editado un relato corto, así que quien esté interesado/a en leerlo, puede entrar pinchando aquí:


De todas las maneras, me parece importante recorrerse las colaboraciones de los distintos apartados porque valen la pena. Además están gente tan estupenda como Inma Luna, Carmen Camacho e Inés Matute, responsable de la revista. Y cito a estas tres mujeres porque conozco su trabajo, aunque los demás, aunque sean desconocidos/as para mí, también han presentado aportaciones muy interesantes.

Pues ala, que lo lea el que quiera y el que no, pues a echarse la siesta.

Lectura y poesía.

18 enero 2008

Amor virtual

Ayer una buena amiga, compañera del alma, compañera, tomó una decisión difícil: renunciar a estar enamorada después de ocho años de pasión contenida, de deseos y de frustraciones. Y es que su amor era virtual. Sabía que llegaría el momento en el que lo tendría que hacer y ese momento fue ayer. Descendió para tocar el suelo, y lo encontró muy frío, pero yo sé que continuará caminando. He seguido su vuelo durante los años que le duró el amor, he compartido los vientos que la empujaban de acá para allá, la he visto caer y ascender muchas veces, y ahora seguiré sus huellas sobre la nieve hasta que vuelva la primavera.

Él nunca la ha amado y lo sabía, pero es su mejor amigo, su mayor confidente.

El tiempo cura las heridas, pero las del amor, sobre todo, dejan señales imborrables. Todos tenemos las nuestras, aunque nos resistamos a mostrarlas.

No te pares, cariño, porque se te congelarán los pies.

Amistad y poesía.

17 enero 2008

Ya huele a primavera



xv encuentro
internacional de
editores alternativos

punta umbría, huelva
del 30 de abril al 3 de mayo
de 2008


¡Ya lo tenemos aquí una vez más! Jo, siempre que llega la convocatoria es como si se acercara la primavera, y eso a mí me encanta, quizá porque nací el día que empieza esa deliciosa estación del año.

Volver a ver a los amigos/as, poder ver nuevas ediciones de los que asisten, escuchar recitales de poesía, ver performances, video-creaciones, conciertos musicales, preparar nueva publicación (ya estoy en ello), comer coquinas a mogollón, y calamares del campo; ver el mar, y olerlo... ¡Qué delicia de encuentro, dios!

¡EDITA es poesía!

14 enero 2008

La vida es un casting

Escuché en la radio el sábado que una persona que se presentó a un casting para uno de esos concursos que se han puesto de moda en la tele para elegir quién es más guapo, más simpática, desfila con más salero, canta mejor o hace la tontería más grande, cuando le preguntaron qué visión tenía de la vida, o algo parecido, respondió que "la vida es un casting". Y la verdad, me quedé con esa respuesta porque me pareció la mar de lúcida, y después de pensarlo con cierto detenimiento asumí esa frase como mía porque comparto totalmente su sentido. Y si estoy equivocada será porque toda mi vida ha sido una equivocación permanente.
En la familia, cuando eres niño, te intentan imbuir la idea de que tienes que hacerlo todo bien, o lo mejor posible, para ser alguien en la vida, para ser reconocido, para ser considerado una persona interesante para los demás. Si no estudias, no lograrás un buen trabajo y la vida será difícil; si no eres educado, los demás te darán de lado; si no vistes acorde con la moda, pensarás que eres una zarapastrosa o no tienes gusto; si te quitas los mocos o te tiras un pedo, serás tachado de guarro aunque todos lo hagan; si te rebelas contra las órdenes que no entiendes, serás considerado un díscolo, un niño o niña difícil; si no guardas las formas, serás un insocial... Y así hasta el infinito.
Y en la juventud, ya ni te cuento. Aparte de llevar a rajatabla lo que enseñaron en la infancia, aparecen ya otras vivencias en las que tienes que poner todo de ti para conseguir ser alguien. Y para ser alguien no basta con tu esfuerzo; has de someterte al juicio de los demás, de esos que te darán el visto bueno, los que te llamarán, si encajas en sus parámetros vitales, para que seas "uno de los suyos" y poder prosperar. Y ahí ya te han pillado. Adiós a la independencia, a saltarte las normas que te parecen absurdas, a poder elegir a tu antojo, a descolocarte de vez en cuando. Y lo peor es que, si te muestras demasiado listo, lo más probable es que te den una patada en el culo no vayas a dar un salto hacia arriba y te coloques por encima. Hija, no discutas, no te rebeles porque así no conseguirás nada. No discutas con el profesor. No discutas con tu jefe. No discutas con tu pareja. No discutas con tus amigos. Tú haz lo que te mandan o lo que está establecido que debe hacerse, calladita a ser posible, y así llegarás a donde te propongas. Lo peor no es ser puta, sino parecerlo. Así que sé modosita, tus rebeldías te las guardas para ti, y cuando ya hayas conseguido llegar a donde te propongas, entonces haz lo que quieras, sé como quieras.
Y si con el tiempo consigues el autocontrol, mostrar lo mejor de ti siempre para evitar cualquier conflicto, hacer lo que los demás esperan de ti, mantenerte en la línea media, cuando no mediocre, sin sobrepasarla, mostrar tu mejor sonrisa, ir vestida y arreglada acorde con las circunstancias, no ser nunca demasiado activa ni tampoco demasiado pasiva, no hablar mucho ni demasiado poco, parecer más tontita que listilla... Entonces es que has alcanzado la madurez; ya eres una persona equilibrada, nunca te pasas en nada, siempre pones la razón por encima de la pasión; ya puedes mantener una conversación normal, sin alterar ni alterarte, escogiendo siempre las palabras adecuadas, manteniendo la compostura; bebes y follas lo justo, esto último a ser posible sin demasiados espavientos; has pasado el casting, has triunfado, niña.
Creo que por todo esto nunca he sido ambiciosa, y si lo fui, no tuve conciencia de ello y la jodí. Nunca quise renunciar a cómo era, pero me sentí culpable por no ser como supuestamente debería. Ahora la culpabilidad ha desaparecido, ese ha sido mi mejor casting, el que he hecho ante mí misma, el que verdaderamente he ganado.
Rebeldía y poesía

10 enero 2008

¿Qué es poesía?

Ya, ya sé que la primera respuesta cae por sí sola: "Poesía eres tú".

Pero no, no es esa la respuesta. Hoy, cuando iba en el metro (es un lugar que inspira mis pensamientos, y mira que es uno de los peores lugares del mundo...), he empezado a pensar en gente que conozco y me emociono cada vez que la veo; esa gente que siempre tiene algo bueno que decir y merece ser escuchada, que les oyes bombear el corazón aunque vistan de carnaval; gente que mira de frente, con espejos en las pupilas; gente que no necesita halagarte para sentir su calor; gente a la que, en muchos casos, ves pocas veces, o ninguna, o de la que no conoces ni el tono de su voz, pero que sabes que nunca huirá de ti; gente cuyas palabras son un referente; gente que muchas veces te hace reír y otras muchas llorar porque son pendulares, como la vida; gente que da un plus de vida a mi vida. Toda esa gente que golpea con fuerza mis pensamientos, de la que me niego a renunciar porque se ha ido colando con el paso de los años en mi existencia y ya forman parte de ella, para mí son poesía.

Son toda mi gente, y hoy, en este día que vaticina lluvia, he pensado en ella.

Mi gente y poesía.

09 enero 2008

Volar

Cuadro digital de José Mayoral

Ya que inevitablemente tengo que respirar este aire inmundo que circula por Madrid, me gustaría ser un gorrión y pasarme el día sobrevolándola. Y de vez en cuando posarme en algún balcón para descansar, como hizo ayer uno de esos pajarillos en el mío, que no se asustó ni cuando el gato, al verlo, se lanzó hacia los cristales como un loco. Luego, sin prisa, se marchó tal y como vino. ¡By!

Y yo, también vuelvo a remontar el vuelo otra vez, hasta dentro de seis meses. He pasado de nuevo la revisión: las pruebas dicen que sigo limpia. Me queda todavía la visita al hematólogo, pero el informe dice lo que dice y sé que volverá a felicitarme. Se pone muy contento cuando comprueba mi buena marcha, y sé que lo hace de corazón. Es un buen tipo. ¡Pues a disfrutar de los colores de la luz!

Hoy he escuchado una noticia en la SER que me ha flipao: lo más in en cirugía estética, o plástica, o como se quiera llamar, es retocarse la vagina... No, no son los labios del clítoris, ¡es la vagina! Es que mira, hija, se "ve" fatal, no tiene una forma bonita; me gustaría darle un aire así como de ánfora romana, o quizá de torpedo...

Quisiera pensar que quien lo haga será para obtener más placer (lo que tendría sentido), o para que, además del suyo, también lo obtenga su pareja, compañero, ligue, o lo que sea, en caso de alguna deformación que lo impida. Realmente me dan escalofríos pensar que pueda haber mujeres que lo hagan unicamente por estética. Me parecería no sólo ridículo sino, lo que es peor, también patético. Pero, en fin, cosas peores vemos cada día que parecen dejarnos fríos aunque son verdaderos escándalos respecto del comportamiento del ser humano.

Gorriones y poesía.

08 enero 2008

Queda mucha luz todavía

Bueno, pues ya pasaron las luces, el Belén, los turrones, los camellos, el roscón y la family. Ahora a descansar de ese mogollón y a lo mío, que tengo por delante otro aún más gordo.

Pero lo primero es superar la nueva revisión que empiezo hoy. No lo puedo negar (creo que ya lo he dicho en alguna otra ocasión), me acojono siempre un poquito cuando llega el momento, aunque no me dejo abatir. La realidad es la que es: las posibilidades totales de curación en este tipo de linfoma son pocas -aunque las hay y yo estoy convencida que pertenezco a ese grupo de privilegiados- y las empeoraría una recaída. Pero yo, que presumo de intuitiva, creo que en esta ocasión tampoco van por ahí los tiros. Me siento bien, casi pletórica, de cuerpo y mente, así que creo que no hay que dejar pasar de largo ni la más mínima de las cosas pequeñas que tanto me gusta disfrutar, y de las grandes no digamos, pero de esas hay menos... Pero sí tengo dos cosas grandes por delante que sé que me van a poner como una moto en los próximos meses: una nueva edición en libro-objeto de poemas de mi amigo y desconocido (en persona) Andreu Navarra, poeta singular e intenso, en mi opinión, aparte de un muy buen articulista (ver el último que ha escrito en



sobre Cioran). Para ver más sobre él, lo tengo linkeado en "Mis poetas". Y ayudar a José Mayoral a preparar y montar una nueva exposición de su obra en la Sala La Paloma (Madrid) a finales de febrero. Ya he empezado haciendo las fotografías de sus cuadros para el catálogo y ahora empezaré a diseñarlo. Tiene confianza en que se lo haré bien y eso me da ánimos. Aparte está el seguimiento de la exposición itinerante que le están preparando en México. Todo esto son retos que recargan a tope mis pilas.

También llegué a tiempo para enviar mi colaboración al próximo número de la revista virtual "Espacio Luke". No voy a entrar en detalles, pero escribí un relato, una fantasía sobre Klimt, y aunque me faltó tiempo para pulirlo un poco más, quedé contenta de lo escrito, sobre todo porque toco un tema que nunca antes había tocado. Creía que no sabría cómo hacerlo, y no sé si he sabido pero lo he hecho. Sé que es una tontería no decir qué tema es pero como esto es un diario personal y también público, me divierte jugar a la incógnita, quizá porque a mí me gustan las sorpresas. No sé cuándo saldrá porque su webmaster tiene que modificar la página, pero cuando lo sepa lo diré. Gracias otra vez, Inés querida.

Ayer leí una entrevista en El País a Luz Casal y me hizo gracia que dijera lo que decimos todos después de padecer un cáncer: que la enfermedad le ha cambiado la vida, que es lo mejor que le ha podido pasar. Aparte de la admiración que como cantante le tengo (¡lo que he llegado a emocionarme cada vez que he escuchando su "Piensa en mí"!), también me ha aparecido siempre una persona bastante singular. No sé si es su voz, tan gutural como de múltiples registros, o quizá sus ademanes, o su ausencia de divismo (al menos en apariencia); la cuestión es que me gusta lo que canta y cómo lo canta. Y ahora veo que después de superar su cáncer se ha convertido en un miembro más de esa banda de "iluminados" que formamos los que hemos pasado por semejante experiencia. Yo no sé qué es eso que nos pasa, qué es esa especial "reconversión" que se produce en nosotros. Parece como si al ver acercarse a la muerte por el camino nos inyectáramos un plus de vida para obligarla a pasar de largo. A los visitantes indeseados nunca se les suele abrir la puerta, y menos aún si sabes que pretenden robarte lo poco que tienes (o lo mucho), y ya no digamos si lo que te arriesgas a perder es lo más importante que te ha ocurrido: vivir. Ni agua, oiga. Y cuando la ves alejarse, es como que empiezas a necesitar plantar más flores en el jardín; abrir las ventanas de par en par para que entre la brisa; dejar que el sol inunde de luz todos los rincones; bañarte en agua de rosas a la luz de las velas; escuchar en silencio la música de los grillos al anochecer... Y compartirlo todo, transmitir toda la belleza que has sido capaz de acaparar (no por ello desaparecen las "borderías" que también se tienen) y amar más todo y a todos. Es difícil explicarlo con palabras. A mí se me han ocurrido éstas. No sé qué sería de mí si no pudiese utilizar la naturaleza como argumento.

Canto y poesía

FOTOLIA