Bitácora de Isabel Huete

SOLIDARIDAD CON HAITÍ

SOLIDARIDAD CON HAITÍ
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28 agosto 2008

Yonki

Ahora resulta que los cigarrillos tiene también Polonio... La verdad es que suena fatal, pero yo soy una yonki del tabaco. No me castigo por serlo porque soy otras muchas cosas prohibidas, y mal andaría si me tuviera que quedar todos los días sin postre.
Seguro que me moriré de alguna de ellas, como todos.
Tengo el vicio de la risa mucho más arraigado que el del tabaco y de muchos otros, luego las probabilidades de morirme de risa son mucho mayores.
Por eso sigo fumando, y riendo.
Postre y poesía

26 agosto 2008

Mami Panchita se divierte

Mami Panchita tenía un finde al completo, y se preparó para aguantar las pequeñas tajaditas que se iba a coger tomándose un antiácido en el previo a la marcha. Se acicaló como corresponden a los eventos serios porque siempre ha considerado que nada hay más serio que reunirse con los amigotes/as para desencajar la mandíbula a placer. La primera cita era el sábado a las 09:30 h. en un Leizarrán, para llenar el buche antes de empezar con las copichuelas.

Había quedado primero en su casa con Carmen, amiga suya de años ha, para ir calentando motores, contarse sin testigos los acontecimientos de sus respectivas vidas del último año, y consolarse mutuamente de las horas menos felices pasadas, aunque también hubo risas desatadas con los momentos más divertidos. La cosa empezaba de lujo.

Mami P. quiere a Carmen como a una hermana, y el hecho de que, desde hace un tiempo, no se vean más que una o dos veces al año no cambia nada. Se conocieron cuando ambas trabajaban en el Instituto de la Mujer, y se hicieron amigas compartiendo las luchas que mantuvieron con la dirección desde la misma Sección Sindical. Cuando Mami P., que era la Secretaria de dicha Sección, se liberó para trabajar en la dirección del Sindicato, traspasó el bastón de mando a Carmen porque le parecía que era la más mejor, aunque no sin antes tener que escuchar más que protestas por parte de ella, que no quería asumir responsabilidad alguna. Pero lo hizo, y lo hizo bien. Después de varios años sin verse, se reencontraron militando en el mismo partido político y reanudaron la amistad formando un grupejo de lo más interesante con la gente más comprometida, más sana, y también más divertida. Todos jóvenes, claro.

Así que la amistad viene de lejos y hay mucha complicidad entre ambas. Y comparten también la relación con los amigos que en su día hicieron, como son Alberto B. y el Tertulias (el Tertu, para abreviar), que son los dos maromos con los que quedaron esa noche. Son un cuarteto heterogéneo y divertido, aunque llegaron a ser un sexteto, pero alguno hace tiempo decidió hacer mutis por el foro. Ya se sabe, casamientos, "propias" sargenteras, o simple desapego. Pero al resto les gusta pasearse por la noche madrileña de vez en cuando para, entre copa y copa, desgranar a golpe de risa sus vidas.

Y esa noche no les decepcionó porque la marcha a Talavera de Alberto B. les hizo sacar a relucir, con más énfasis, si cabe, que de costumbre, todo su buen humor y, en el caso de Carmen especialmente, derrocharlo como un torrente. Los mojitos volaron (con poco azúcar, oiga) allá donde el Tertu los llevó, que fueron sitios que rayaron lo divino. Así que todos, después de comer, beber, hablar y reír como posesos, se despidieron con abrazos amorosos y con la certidumbre de que el cielo debe ser eso: quemar Madrid por la noche en la mejor de las compañías.

Mami P. cayó en la cuna en plan plancha de hormigón, con el rimel que le llegaba a las orejas y vestida de marrón, azul y beige. Los zapatos se los quitó, pero no recordaba al día siguiente en qué momento lo había hecho o sí había sido el gato quien, temiendo que le ensuciara la parte de la cama en la que se suele echar a dormir, se había dedicado a arrancárselos a mordiscos. Rasguños no se veían en los pies, pero los sesos los tenía llenos de zarpazos. ¡Aguaaaa! El Canal de Isabel II descendió un hectómetro inmediatamente después de que Mami aplacara su sed, y todas las televisiones empezaron a emitir la noticia como si hubiera ocurrido una catástrofe que nadie había previsto. Y por parte de las oposiciones se empezó a culpar al Gobierno por no dar las explicaciones inmediatas y detalladas que el asunto requería. Mami no se enteró de nada porque después de beberse el agua bajó todas las persianas y se volvió a la cuna para intentar recuperar el equilibrio echada boca arriba pues, según ella, es como el barco se mueve menos.

Diooos, qué horreur, si me tengo que preparar para la fiesta de cumpleaños de Peter!, gritó horrorizada saltando de la cuna. Ducha con agua helada, exfoliación de piel (se está pelando del sol que tomó en vacaciones, qué rabia), limado de durezas y gotas descongestivas de los ojos a espuertas para hacer desaparecer la rojez y devolverles su luz de neón habitual. Crema hidratante por todo el cuerpo y unos apañitos aquí y allá en la cara le devolvieron el esplendor (no todo, claro) de veinticuatro horas antes.

Después vendría el "qué me pongo" porque la fiesta requería ir disfrazado, o casi, con motivos caribeños y/o de sus amados Mares del Sur. Las guirnaldas se había ocupado de comprarlas dos días antes, y rebuscando entre las miles de guarrerías que tiene almacenadas en los cajones encontró un pañuelo grande de color turquesa que pensó le podría servir para algo. La figurita de negraza cubana que le regalaron para colgar la bisutería barata que utiliza le dio la idea: pañuelo atado a la cabeza con enorme lazo frontal. Así que con él puesto, una camiseta de tirantes del mismo color, falda blanca volantera, collar florido y pendientes de aros del chino de la esquina, se fue para Escalona (Toledo), a 80 km. de Madrid, que era donde se daba la fiesta.

Antes de cruzar el río Alberche, que transcurre plácidamente a sus píes, consiguió hacer una foto del castillo, espectacular pero abandonado en su perímetro exterior porque fue vendido a un particular por el Ayuntamiento y, claro, se han rehabilitado la parte de vivienda mientras el resto se va cayendo piedra a piedra. Así tenemos el patrimonio nacional castillero, pensó la incombustible Mami P.
Sube que sube, que sube, trepa que trepa, que trepa... la marchita guapa estaba al final de la cuesta.


Peter y Yolanda son amigos de Mami P. de casi toda la vida. A ella la conoció en la facultad el último año de carrera y a él el día que cumplió 33 años cuando Yolanda se lo ligó en un Pub inglés de Madrid, donde Mami jugaba a los dardos casi ha diario, y lo invitó a la fiesta. Viven a las afueras de Londres, pero en verano se vienen a la casa que fue de los padres de Yolanda y que ella se quedó cuando murieron. En la gozada de jardín que tienen, Peter decidió este año celebrar su 50 cumpleaños a todo plan, y claro, no podían faltar los familiares y amigos británicos que se desplazaron desde allí con este motivo. A algunos Mami ya los conocía, aunque apenas se acordaba de ellos, y pensó que no tendría más remedio que beberse unas copitas para dejar fluir su macarrónico inglés. Aunque también reconoció, porque ya tiene edad para hacerlo, que eso no era más que una escusa tonta.

Muacs, muacs, por aquí y por allá, y alegrón enorme de volver a ver a Natalia, la hija de Yoli y Peter, que ya es mucho más que aquella pulguita que lloraba como una descosida cuando su madre la bañaba en la piscina de plástico. Mami P. se abrazó a ella con sus brazos de oso porque la quiere como si fuera su sobrina del alma. Y Peter mirando encantado de haberse conocido de esa guisa.

Y tras el primer rato de presentaciones, aperitivo y bebercio, vino la cena. Barbacoa, como siempre, y, como siempre, según cuenta Mami P., buenísima: chorizo sin aditivos, colorantes y conservantes (Yolanda dixit repetidamente), morcilla, patatas aliñadas, verduritas a la plancha, pinchos de pollo en adobo, y entraña y tira al estilo argentino. Cerveza y sangría para los de paladar fácil, y Ribera del Duero para los más exigentes, entre los que por supuesto estaba Mami P., que no se mete p'al cuerpo cualquier cosa si quiere sobrevivir a los excesos que de vez en cuando comete (cada vez más de vez en cuando) y no evaporarse en el intento.

Los anfitriones, magníficas personas y más magníficos bebedores, se encuentran entre los amigos que más quiere, y quieren a Mami Panchita, y eso a pesar de ser con quienes más discute porque cada vez se entienden menos en cuestiones de política. Pero no puede pasar ningún año sin que se vean y disfruten las horas juntos. Ella, Yolanda, cada vez tiene más incrustada el alma inglesa y parece haber olvidado todo lo que fue e hizo aquí, aunque Mami P. piensa que quizá sólo sea una pose bienintencionada. Han compartido demasiadas cosas juntas como para pensar mal de ella y no para de decirse que cada uno es como es y eso no puede ser un impedimento para mantener la amistad y el cariño. Y, a fe mía, que lo cree de verdad.

Collins, el británico más apetecible que Mami ha conocido nunca, por divertido, humano y cariñoso, estaba para comérselo, y de hecho se lo hubiese comido si no hubiese sido porque su marido, Path, la habría matado antes que ceder un peacito de su sonrosada carne a otra boca que no fuese la suya. Aunque llegó un momento en el que Mami Panchita dudó entre la apetencia mordisquera por Collins y la que se le despertó ante un maromo surafricano de cuerpo estupendísimo y una flor en la oreja, que pululaba entre las mesas como alma en pena. Pero la pobre se quedó con las ganas cuando en una escapada a la soledad del porche delantero para tomar un respiro, se lo encontró besándose con su marío, otro maromito estupendo de ojos azules y mirada dulce al que todavía no había tenido ocasión de echar el ojo. A partir de ese momento se lanzó a la bebida, todo un consuelo servido en plástico. ¡Mierda, no es mi día! Pero ella sabe que desde hace tiempo los no días en estas lides son todos.


Llegó a pensar que tirarse a la piscina podía ser una buena solución para despejar los fracasos, pero empezó a imaginarse las pintas que tendría al salir del agua, lo que le restaría atractivos ante cualquier otra oportunidad que se presentase, aunque, para ser sinceros, muchas no había.


Mayoral, que también estaba invitado y que, como siempre, estaba en su laberinto, era el último cartucho al que agarrarse, así que le exigió que metiera la tripa y adoptara un aire menos profesoral si quería tener algún atractivo. Pero el pobre, tan genial persona y mejor pintor, no es precisamente la alegría de la huerta debido a su timidez crónica, pero tiene la facultad de saberse divertir sin necesidad de pronunciar la más mínima palabra. Y claro, Mami P. quería palique y risas, que para eso está más que preparada, y siguió dando vueltas entre el personal hasta que, cansada de tanto madurito inglés aburrío, se juntó con el personal más joven y se puso a bailar. ¿Por qué no pasamos de tanta música tecno y ponemos un poquito de salsa, merengue y demás?, preguntó ingenuamente... Pues no, querida, que si quieres caldito, toma dos tazas. Aquí no hay de eso. Y es que a Mami P. le encantan los bailes calentitos, pero se tuvo que conformar con lo que había. Pero ni de lejos estaba dispuesta a dejar de divertirse, así que se juntó con Sue, la madre del maromito estupendo de ojos azules, que intentaba hablarle en español y ella contestarle en inglés, lo que llevó a que matuvieran la conversación más surrealista que pueda imaginarse. Eso sí, se partieron el culo de risa escuchándose a sí mismas. Al fin y al cabo de eso se trata, se dijo Mami P., de partirse el culo con lo que sea.


Y llegó el momento de la tarta, más original que de costumbre por los aires del Pacífico que desprendía. Pero Mami P., que no mezcla nunca el vino con el dulce aunque éste provenga de la fruta, pasó de tarta y siguió agarrada a su botella de Rivera del Duero, que estaba de morirse y le estaba dando un puntito majo.


Y así siguió la fiesta hasta las cinco de la madrugá, que se apagaron las luces y la música. Mientras los jóvenes se fueron a ver el encierro de los toros porque eran las fiestas del pueblo (Mami P. es antitaurina hasta el tuétano), los mayores arrastraban sus melopeas hacia la cama. Mami P. hubiese seguido hasta ver amanecer, que es de las cosas que más le gustan, pero sola no le apetecía, así que se dirigió hacia el sofá que le habían adjudicado como cama, y se dejó caer cual viga de acero con su pañuelo azul y su eterna sonrisa dibujada en el rostro.

Y es que Mami Panchita sonríe siempre, hasta el punto de que no sabe dormir sin sonreír. Ella no lo quiere reconocer, pero es tan grave la cosa que la tienen que operar de la mandíbula porque, de tanto reír, se le ha salido el disco de la articulación. Lo malo es que, a pesar de las dificultades que tiene para abrir la boca más de dos centímetros, se sigue riendo, y no sabemos si llegará un momento que ya no podrá cerrarla.

Así fue el finde de Mami P., y lo cuento tal y como me lo contaron quienes estuvieron con ella.

Reirse y poesía.

23 agosto 2008

Leer

Leer a los amigos

es un placer
no infinito
sí tierno
sí dulce
sí cálido

A todos vosotros/as.

Leer y poesía

22 agosto 2008

Oros que NADIE debería ganar


"Hay otras olimpiadas de las que nadie quiere saber nada. Clemente Padin nos hace llegar esta imagen que lo dice todo. Como otras miles de imagenes similares que reflejan los medios de comunicacion pero que con facilidad pasmosa pasamos la hoja rapidamente para no verlo o con indiferencia total."

http://boek861.com/


Cesar Reglero nos muestra en su web esta imagen de Clemente Padín y este comentario. Subo ambos a mi blog porque me parecen que reflejan una de las realidades más terribles que afectan a la vida en nuestro planeta y que deberíamos llevar incrustadas en nuestras retinas para impedirnos cerrar los ojos. No vale sólo lamentarse porque todos somos responsables, ¡HAY QUE ACTUAR!

Actuar y poesía.

21 agosto 2008

A las víctimas: a las que se fueron y a las que se han quedado


A todas las víctimas del accidente de Spanair, las que murieron y las que sufren su pérdida, les dedico esta fotografía que realicé desde el avión, sobrevolando México, como un pequeño homenaje.
Dolor y poesía.

20 agosto 2008

Ángel Petisme, un lujo de persona y de artista

Le he pedido a Ángel que me dejara bajarme una imagen y parte del texto en el que cuenta su viaje a África, pero no me ha contestado. Me imagino que está muy liado con el concierto que da en la Expo de Zaragoza y el que mañana dará aquí, en Madrid, así que sin esperar a su respuesta, porque estoy convencida de que no le importa, reproduzco una parte de lo que cuenta en su blog porque me ha parecido precioso y muy revelador de lo que se cuece en ese continente tan cercano a nosotros, y especialmente a mí que nací en su ecuador cuando todavía éramos un país en blanco y negro y con algún que otro resto del Imperio bajo nuestro dominio, aunque poco nos importó abandonar a su suerte a sus habitantes bajo la bota implacable del tío del actual dictador, que también era otro dictador.
Si alguien quiere leer todo el reportaje sobre su periplo africano, puede acercarse a su blog

http://petisme.wordpress.com/

"LA ESTACIÓN DE LAS LLUVIAS

Próximo destino Senegal en wolofsuñu gaal”, nuestro barco, y Gambia, el país de la sonrisa. Dakar, el Lago Rosa de Retba, Kaolack, el Sahel, el río Gambia, Banjul, Ziguinchor, La Casamance, las aldeas diola de Oussouye, la paradisíaca isla de Carabane, la isla de los fetiches de Hitou, Cap Skirring, la isla de los pájaros, Djimbering, un paseo por la playa hasta llegar a Guinea Bissau, vuelta a Dakar, la isla de Gorée y su casa de los esclavos, Saly

En esta instántanea uno de de los encuentros más hermosos y perdurables: con los niños de etnia diola en la aldea de Niambalang, en el sur de Senegal.

... Quizás no se trata de viajar mucho sino de hacerlo sin prejuicios, con las ventanillas abiertas y el salpicadero de tu corazón dispuesto a todo, con bandera de buen pirata y hambre de amar y de conocimiento. Viajar para dejar atrás no la pesadilla del que huye de sí mismo ni la ardiente y devastadora soledad de las metrópolis sino los sueños a cámara lenta, pobres, mezquinos e hipotecados, que el primer mundo ha grabado a fuego en nuestros genes. Sólo los nómadas toman distancia de sí mismos. Viajar para aprender a respirar y dilatar mejor los alveolos del sueño. Temprano para hacer moralejas pero si de algo estoy seguro es que, a tres días de mi vuelta de África, son más preocupantes la carencia espiritual y de valores, la miseria mental, la barbarie y la malaria (mal aire) que el mundo occidental está rozando que todas las necesidades y penurias por las que pasa África...

... África negra, enigmática como la sonrisa de Mimí, pobre de solemnidad, sucia pero hermosa, embriagadora de color y fragancias, con estrellas que caían de los cielos limpios y constelados del sur, con la lluvia torrencial golpeando en la cara y colándose caliente y salada por las comisuras de los labios apretados con fuerza. Mi alma empapada en la piragua de Elenkine a la isla de Carabane rebosó y cubrió por una hora el corazón atormentado entre tinieblas que me traje del Norte...

... África expoliada, ultrajada, enferma de paludismo, sida y poliomielíticos en sus sillas de ruedas devoradas por el óxido, desposeída de sus riquezas por Francia, Holanda, Portugal, Bélgica, Gran Bretaña, Estados Unidos… y ahora por sus líderes políticos revolucionarios aferrados al poder y convertidos en caudillos absolutistas…Desposeída de veinte millones de sus mejores hombres y mujeres durante doscientos años por los negreros. África sin subsidios de desempleo, seguridad social ni ayudas a los damnificados que se protege dentro de un extenso núcleo familiar...

... África entera tocando el tam-tam, como el título del primer libro de relatos de Leopoldo Alas, el amigo de mi edad que me encontré muerto a mi vuelta, me explotó en los ojos como una bomba de negros racimos durante diez días inolvidables. África desnuda y emputecida por 100 euros la media hora en los show-gilrs de la Gran Vía de Madrid, África subida en los cayucos a 1200 euros el pasaje para llegar a un paraíso inexistente de ida y vuelta…Y pese a todo África bulliciosa de vida, orgullosa y resignada a la vez, respirando entre las grietas de la tierra y el cielo, reclamándole, gritándole esperanzada al universo no ayudas gubernamentales de países ajenos, ni misericordia, ni cantos mesiánicos, ni salvapatrias, ni condonación de sus deudas sino respeto a sus personas y sus dioses. En sus encrucijadas necesita que la dejen en paz y encontrar su camino. África fue el origen del primer hombre y será -como dicen algunos pensadores lúcidos- la tabla de salvación del planeta cuando las cosas vayan más que jodidas."

Gracias Ángel por tu clarividencia, por tu sensibilidad, solidaridad y generosidad. Por desgracia no he encontrado en mi vida demasiada gente como tú, aunque alguna hay.

Mañana Ángel toca en Madrid, dentro de las actividades programadas por Los veranos de la Villa, en El Rincón del Arte Nuevo, en la Calle Segovia, 17, a las 22 h.

Junto a él tocará también Alberto Pérez, a quien conozco desde hace muchos años, que canta los boleros como nadie y que también es otra gran persona.

Allí estaré para regalarme los oídos, aplaudirles y darles unos abrazos.

África, música... y poesía.

19 agosto 2008

Matar la nostalgia

Paseando yo por el cementerio de Alcañiz tras la cruz de la fosa común donde está enterrado mi abuelo Isaías, ejecutado por los republicanos. Foto hecha por mi hermana.

Como siempre que espero o voy en autobús, mis neuronas se ponen en marcha, y eso que no soy yo quien les pone gasolina. Transitan por mi cerebro a su bola, cual Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo. Y he aquí que hoy en su recorrer me han llevado a mis 15 o 16 años, cuando en mi trayecto matutino hacia clase tenía que hacer trasbordo de autobús en la Puerta del Sol, y en vez de hacerlo bajaba caminando por mi actual barrio, el llamado "de las Letras", hacia el Paseo del Prado persiguiendo una quimera. Es en mi barrio donde mejor se oye latir el corazón de Madrid. Entonces sólo oía latir el mío, tan inexperto y alocado.

Las quimeras se resisten a morir, como las cucarachas. Y la nostalgia de según qué cosas es otro insecto que pertenece a la misma familia. Y si acaban muriendo, lo hacen a escondidas, en su refugio, para dejarte con la duda de si las habrás matado realmente. Nunca sé si he matado una cucaracha a no ser que la vea morir ante mis propios ojos. Esa es la ejecución perfecta: la que evapora el asco y el miedo a la insignificancia. Las cucarachas también somos nosotros.

La peor nostalgia es esa que te lleva a añorar lo que nunca tuviste y, lo que es peor, lo que nunca existió. Pero se resiste a la derrota y bracea panza arriba sobre el agua de la taza del váter. Échale más agua y la verás resurgir desafiante de las profundidades. Sólo el tiempo, su paciencia frente a la tuya, la acaba sumergiendo en el abismo. Y en la mierda.

La única terapia, o quizá la mejor, es dejar pasar los años y con ellos aprender a ceñirte a la vida, a lo que de verdad importa.

Cuando me bajé del autobús, comprendí que de mis quimeras y mis nostalgias ya no queda ni el esqueleto. Las maté. Descansen en paz.

Terapia y poesía.

18 agosto 2008

LA MÚSICA, con mayúsculas


Gracias al comentario que ha dejado en mi post de esta mañana Diego Fernández Magdaleno, he descubierto a un intérprete maravilloso de un instrumento que adoro.

Gracias Diego por este regalo.

La música y poesía.

Quiero ser como Luis Felipe Comendador

Sí, sí, no es broma, quisiera ser tan inteligente, culto, elegante, comprometido, amigo de sus amigos y buena gente como es él, tener su bonhomía. Y, por supuesto, me encantaría saber de poesía y escribirla como él. Pero sé que nunca llegaré a ese nivel ni aunque me lo proponga, porque la sabiduría en general, y la literaria en particular, se consigue tras mucho esfuerzo, tras mucha observación, tras muchas vivencias y tras mucha lectura, y todo ello sabiéndolo asimilar y no alardeando de nada.

Yo observo todo lo que me rodea cual ojo de diosa (con el de Dios no me atrevo), he vivido hasta la extenuación queriéndome comer el mundo, he leído a la luz de la luna cuando no me permitían en el colegio tener la luz encendida hasta altas horas de la noche, he asimilado por todos los poros de mi piel cuanto me ha acontecido, he sido incapaz de alardear de nada porque nada de lo que tuviera o supiera me parecía realmente importante, pero ni me he esforzado lo suficiente ni he sabido plasmar poéticamente aquello que ha ido sedimentando en el fondo de mi experiencia. Por eso dudo mucho que consiga ser o saber como Luis Felipe Comendador. Y es que yo lo admiro, y le quiero, más aún si cabe por la distancia intelectual que nos separa.

Todo esto viene a cuento por cosas que se dicen o se escriben sobre los triunfadores de los JJ.OO.


Son los nuevos héroes, los nuevos modelos a imitar, los inalcanzables, los admirados, los venerados, los imbatibles, los grandes de los grandes, los dioses del Olimpo, los que ocupan todas las portadas. Nada más lejos de mi intención que comparar a Luis Felipe con ninguno de ellos, ¡faltaría más! (lo digo a favor de él, claro). Pero viene a cuento porque todos, en algún momento hemos querido ser como, o más que, otras personas que hemos conocido y admirado, incluso sin conocerlas. No es malo ni criticable siempre que no se convierta en una obsesión o en la única meta para conseguir la felicidad o la parte de ella que nos permitan disfrutar. Admirar a un deportista es realmente sano, querer imitarlo también, pero la cuestión es el porqué y el para qué.

- ¿Y tú qué quieres ser de mayor, Ramoncín?
- Pues yo quiero ser campeón como Nadal, abuelita.
- ¿Y por qué quieres ser como Nadal?
- Para que me den muchas medallas de oro y salir en todos los periódicos.
- ¿Y tú tampoco querrías ir a visitar los museos como él?
- ¿Qué son los museos? Yo lo que quiero es jugar a la Play, como hace él.
- Pero es que para ser como Nadal tendrás que trabajar muchas horas y ser muy disciplinado, y hasta que llegues a ello pasarán bastantes años... ¿Tú estarías dispuesto a sacrificarte así?
- .......

Y entonces la abuelita se convierte en el lobo y se lo come...

- Oye, tío, ese tronco del Phelps es un crak...
- ¡Joder, cómo se lo ha montado el tío: ocho oros y sin que se le menee un pelo!
- ¡Ya te digo, siendo yanky ya podrá, con la pasta que atienen!
- ¡So pringao, que eso no es cuestión de pasta!
- ¡Qué hostia, pues entonces el pringao es él!

Y entonces vino una ola enorme y se los llevó mar adentro...

Demasiado fácil enamorarse del oro, o de los oropeles, y qué difícil saber reconocer el esfuerzo y el tesón, y más aún saber y querer imitarlos. Cuentan las marcas, los tantos, las brazadas, los segundos, los metros, los goles, los rankings... El éxito está lleno de medidas, de números, de fama, de podiums y de himnos y banderas. Así nos lo están vendiendo, así nos lo están inoculando en dosis bajas pero de manera efectiva. Empezó con "la roja", con toda la parafernalia, para que una TV ganara audiencia y ahora a todos los equipos, sean del deporte que sean, se les llama "la roja" aunque vayan de azul, en pelotas o estén debajo del agua. El "podemos" o "lo conseguiremos", o frases parecidas, se han creado en un estudio de marketing bien aleccionado. El objetivo es vender el vencer, ser los primeros, luchar sin descanso para ser reconocidos, todos unidos bajos los símbolos patrios, ¡todos a por ellos! Lo que no se ve, lo que hay detrás, que cada uno se lo imagine y si no, al contenedor de basuras por piciarla.

Y luego, cuando todo acaba, nos quedamos con cara de tontos en la soledad del salón, frente a ese televisor superguay que nos hemos comprado a unos plazos insufribles para ver a nuestros ídolos. La euforia ha desaparecido de repente, ¿y ahora qué hacemos hasta que nos chorreen con otro evento? Hemos dejado de leer (quien lea), de ir al cine o al teatro (quien acostumbre a hacerlo), de pasear al atardecer (quien le guste), de echarnos esa siesta tan estupenda (quien no lo pueda remediar), de dormir muchas noches para ver las retransmisiones en directo... Y no nos hemos dado cuenta de que el chute olímpico, o el futbolero, o el que sea que nos inoculen, nos estaba dejando vacíos por dentro, sin defensas ante tanto ataque.

Y digo yo que por qué no pondrán tanto empeño los gobiernos y los medios de comunicación en inocularnos cultura a todas horas, en hacernos amar la literatura, el arte, la música, la danza, el cine, el teatro, todas las artes en general. Por qué no crean también un Comité Olímpico de la Cultura que organice una Olimpiada donde se midan los saberes... La imaginación, el discurso, la palabra escrita, el color, el movimiento, las notas musicales, la interpretación, el espacio, el tiempo, el conocimiento, la sensibilidad, la creatividad, la habilidad, la imagen, el cuerpo, y quizá hasta el alma.

Y entonces vinieron los defensores de la realidad y la encarcelaron por subversiva.

Siendo bastantes años más joven de lo que lo soy ahora, quería ser Emily Brönte, también Enid Blynton, y Christian Andersen, y Richmal Crompton, y Emilio Salgari, y Pablo Neruda, y Gustav Klimt, y Mª del Mar Bonet... Quise ser todos aquellos y aquellas que me habían entusiasmado después de leerlos, escucharlos o verlos. Creía que era fácil escribir, pintar o interpretar como ellos lo hacían, y empecé cuentos, y novelas, y poemas, y me compré una guitarra y un manual de aprendizaje, y pinté cuadros y dibujé retratos... pero me faltó disciplina y esfuerzo. Entonces comprendí que querer ser como aquellos a los que admiraba implicaba hacer las cosas también (y tan bien) como ellos, con la misma dedicación y entusiasmo, y no sólo centrarme en sus obras acabadas.

A día de hoy... pues quiero ser como Luis Felipe Comendador, que es, para mí, uno de los grandes. Pero no sólo quiero escribir como él y ser tan disciplinada, también quisiera ser tan gran persona como él lo es.

También quiero ser como José Mayoral, y como Lucas Rodríguez, y como Alberto Gª Sánchez, y como Andreu Navarra, y como Ángel Petisme, y como Yolanda Pérez... y como todos a los que admiro, pero son tantos y tan buenos que no creo que tenga fuerzas para conseguirlo. Quizá las fuerzas deba dejarlas para seguir siendo como yo soy.

Cultura y poesía.

14 agosto 2008

Corazón de pensión

Mont-St.-Michel (Francia)

Alberto B. es uno de mis mejores amigos pero al que apenas veo desde que se casó y embarazó. Me jode que estas cosas pasen, que el paso a una nueva forma de vida -supongo que más feliz para él, y me alegro- obligue a marcar distancias. No es que su mujer, se oponga a nada -supongo- pero es como que hay que despedirse de las charlas interminables con la cervecita acompañándonos, de intentar cambiar el mundo, de la descontaminación cerebral, de compartir muchos principios y otros no, de la sinceridad y ternura de las palabras, de la admiración mutua, de los abrazos sin compromiso.

Ayer me llamó después de un montón de tiempo para decirme que su hija le tiene absorbido el tiempo, y también absorto. Me lo imagino de padrazo mimoso, y también harto algunas veces de tanta atadura. Me alegré infinito oírle al otro lado del teléfono, pero no pude evitar pensar que el hecho de que me llamara aprovechando que sacaba al perro es mala señal. Y cuando digo mala señal es que no se siente libre de hablar conmigo -o con otra mujer- delante de la familia. Quizá sea una paranoia suya, o quizá no. Conozco a su mujer y es una tía estupenda y divertida, pero no he llegado a saber de ella apenas nada más, salvo que hay intereses que tiene Alberto que ella no comparte, como es, por ejemplo, la política. Y él es una persona muy comprometida con la izquierda muy izquierda, además de sindicalista, y solidario. Como yo, estudió Políticas y se le nota que lo lleva en la sangre, pero cuando al inicio de su matrimonio nos juntábamos varios amigos politizados hasta las cachas, si venía su mujer debíamos contenernos de hablar del tema. Pero se nos acababa escapando y ella se sumía en un absoluto silencio y empezaba a bostezar. Alguna vez se fue, y lo puedo comprender, pero él, que es una persona respetuosa y educada, se sentía incómodo, limitado, forzado a no seguir mucho más tiempo con nosotros. Lo que luego pasara en su casa, si pasaba algo, no lo sé porque también es la discreción personificada.

Le quiero un huevo por muchas cosas y por muchas experiencias que hemos vivido juntos, algunas realmente divertidas y otras no tanto, y eso a pesar de que la diferencia de edad (a favor suyo, que es más joven) es bastante notable aunque creo que mentalmente esa diferencia va a mi favor. Y ahora me dice lo que ya sospechaba yo, y temía: que se va a vivir a Talavera de la Reina, de donde es y vive la familia de ella, a trabajar en el negocio familiar. Se me aleja aún más y no me divierte nada aunque me diga que tendrá una habitación de invitados para que vaya a visitarlos, que al fin y al cabo sólo son 130 km. desde Madrid, a un paso, vamos. Y sí, sí, yo sé que todo eso es verdad y que sería recibida con cariño, pero ya no está ahí cerca, sabiendo que si en cualquier momento lo necesitara no dudaría en acudir en mi ayuda como yo haría con él.

Sé que le apetece vivir en un sitio más tranquilo que Madrid, alcanzar mayor calidad de vida, y que quizá en una ciudad pequeña como Talavera lo consiga, pero siento como si me avisara con antelación de que va a dejar la habitación que ocupa en mi corazón de pensión. Siempre me pasa cuando siento que se aleja un amigo o amiga. Me gusta tener todas las habitaciones ocupadas y recorrer por las noches los pasillos escuchando detrás de la puerta para comprobar que todos descansan y respiran tranquilos. Pero también sé que algunos sólo están de paso y que un día u otro recogerán sus cosas y se marcharán. Sé, también, que vendrán otros y dejarán su huella sobre el cojín del sofá. Todos dejan siempre algo que mantiene su presencia en el polvo volátil que nunca desaparece, o yo lo creo así.

Y es que los amigos, los de verdad, nunca dejan de estar aquí dentro.

Amistad y poesía.

13 agosto 2008

Una China en el ojo de la conciencia


"Hace unos meses una organización pro derechos humanos china me contactó para encargarme una serie de ilustraciones. La idea era poner al descubierto los grandes abusos del régimen comunista chino mediante una gran campaña subversiva a través de internet. Los abusos denunciados eran:

- Pena de muerte
- Negación de la libertad de expresión
- Negación de la libertad religiosa y de culto
- Deterioro medioambiental
- Abusos y desprotección judicial

Todo debía ser secreto así que todo el proceso se desarrolló en la más completa confidencialidad. Desgraciadamente el plan fue descubierto y mi contacto fue puesto en prisión. Así que la campaña no llegó a ver la luz.
Alberto García Sánchez".
Estas imágenes dibujadas por mi querido amigo Alberto, y el texto que las acompaña, las ha colgado en su blog de diseño gráfico
Al verlas le pedí que me las dejara bajar a mi blog y me dijo que sí, que precisamente lo que pretendía era que se difundieran lo más posible, así que aquí las dejo para que quien quiera las cuelgue también en el suyo, si es que hay más gente a la que se le remueva la conciencia por los abusos de todo tipo que se practican en China por sus gobernantes.
Yo, realmente, estaba intentando evitar hablar de China y de los JJ.OO. porque, como me conozco, me disparo y empiezo a dar mandobles a diestra y siniestra, y no creo que sea la manera más efectiva de demostrar mi indignación ni de ayudar, en lo humildemente posible, al pueblo chino. Creo que tiene mucha más efectividad difundir este tipo de imágenes en las que, con trazos sencillos y enormemente reveladores y comentarios escuetos pero contundentes, se puede llegar más lejos, ya que disponemos de esta herramienta que, para bien y para mal, nos intercomunica mundialmente y que se llama Internet. Y ya se sabe que una imagen vale mil palabras.
Cuando vi la expresión y los gritos de ese tal Phelps (no discuto su calidad como nadador) al ganar la prueba de 4x100 (creo) masculina, esa furia desbocada, esa prepotencia indisimulada, esa mirada deslumbrante de orgullo, comprendí que era el exacto reflejo del país al que representa, del imperio al que se debe. Lo imaginé como marine tras una batalla encarnizada o poniendo su bota sobre un enemigo abatido. Estoy segura que su expresión y su furia sería la misma, y me horroricé. Me dio asco. Sentí miedo. Con gente así, ¿quién no se anima a iniciar una guerra? Que se lo pregunten a Putin también.
China va por el mismo camino. Ya fue un imperio, y pronto lo volverá a ser; tan despiadado como todos los imperios, solo que más silencioso, más hábil y más demoledor. Pero todos estamos ahí, bajándonos los pantalones y poniendo el culo para que nos lo pateen al paso de la oca (digo yo que una actitud tan generalizada podrían convertirla en deporte olímpico y que gane el que más patadas reciba). Nos tienen pillaos por el dinero de los cojones, o por los cojones del dinero, lo mismo da. Ahí tenemos a nuestras potencias occidentales, tan supuestamente libres, tan defensoras de los derechos humanos, tan orgullosas de sus avances sociales y políticos... y tan miserables cuando ven peligrar sus economías. Y nosotros, sus ciudadanos, tapándonos los ojos, la boca y los oídos, no vaya a ser que mañana no podamos comprar en un "todo a 100". Birmania y Darfur nos pillan muy lejos y nos consolamos diciendo barbaridades cuando saltan a la primera página de los medios de comunicación o soltando una lagrimita hipócrita. Mientras no entendamos que los oprimidos, los masacrados, los esclavizados, los hambrientos, los desposeídos hasta de su dignidad son también nosotros, todo seguirá igual, como siempre fue.
Dedicado a los que luchan por la libertad en China, a los que hemos dejado solos.
Subversión y poesía.

12 agosto 2008

Alguien debería prohibírmelo

Hoy me he levantado tranquila, tanto que ni siquiera me he exasperado esperando el autobús que me lleva al trabajo más de media hora. Es 3 no es un autobús, es una tortuga roja con ruedas y con un señor dentro que le hace cosquillas en el cogote para que avance. Y es que me han quitado el metro, que es una lombriz azul con otro señor que le rasca la cabeza para que arranque y se pare, porque están de obras en la estación de Sol, por donde pasa, o pasaba. Me da igual.
Pero hoy he decidido que nada de esto me importa. Lo que me importa realmente es conseguir avanzar yo por donde o hacia donde se me antoje, y mirar las cosas sin torcer la cabeza ni bajarla. Es bueno para las articulaciones atascadas. También he decidido que ya no voy a levantar los brazos cuando se me acerquen las moscas, o los mosquitos, porque de tanto hacerlo se me han atrofiado las clavículas y una ya no está para estas cosas. Los pies voy a dejar de vestírmelos y voy a caminar descalza para sentir los guijarros cuando ladee la corriente del río y para abrasarme las plantas cuando camine sobre el asfalto de mi ciudad en verano. Los callos me desaparecerán y eso, lo mires por donde lo mires, siempre es una ventaja. Ya no me pondré gafas para protegerme del sol, ni tampoco las graduadas para ver el lomo de los libros que tengo colgados en la estantería; al fin y al cabo para leer no las necesito.
El pelo dejaré de cortármelo y de teñírmelo porque he descubierto que estoy más sexi con la melena al viento y que las canas me dan un aire de no sé qué, como de venerabilidad. Tampoco voy a darme crema en el cuerpo para suavizar la piel porque disfruto viendo saltar mis células muertas cuando me froto o me rasco, además así evito que se me queden las manos pegajosas y las uñas encharcadas. Por cierto, creo que las uñas no me las volveré a cortar porque con ellas me puedo quitar mejor los restos de comida que se me quedan entre los dientes y el gato runruneará más cuando lo acaricie. Además me servirán de arma defensiva y podré deshacerme de esa horrenda pistola que me regaló aquel menda que casi me mata a hostias. Recuerdo que esa noche llovía a mares y que mi sangre se fue con el agua por la alcantarilla.
Pensándolo bien, la ropa interior me sobra, sobre todo esa que lleva puntillas, lacitos y cosas parecidas, ¡qué cursilada! Si al menos tuviera a alguien que me la arrancara a mordiscos... Pero no, nadie se arriesga a entablar esa pequeña batalla conmigo. Quizá con una chilaba ligerita, de tela transparente, me bastaría para cubrirme, aunque pensándolo bien tampoco la necesito, para eso tengo la piel, para vestirme. En verano lo agradeceré, y en invierno cuando tenga ya el pelo largo hasta los pies será suficiente para abrigarme. Los animales lo hacen, ¿o no?
Y comer... No sé, realmente estoy bastante desganada ultimamente. Con la mierda que contiene el aire que respiro creo que será suficiente para alimentarme, aunque vete tú a saber si no me abrirá más el apetito. Eso me preocupa porque he decidido dejar mi trabajo y ya no dispondré de un euro para vivir y tampoco pienso ponerme a pedir en la puerta de ninguna iglesia. Hay demasiado cutre meapilas por ahí y ya no es negocio. Y Dios... ¡ni mentarlo!
Empiezo a tener un poco de sueño. Voy a echarme un ratito a la sombra de esa estatua que dicen que conmemora no sé qué guerra. No me interesa su historia porque creo que cuando ocurrió yo todavía no había nacido. Tiene gracia que yo me la perdiera y sin embargo no haya parado de oír hablar de ella durante toda mi puta vida, incluso tuvimos que estudiarla en el colegio pero ya ni me acuerdo. No quiero acordarme ni pensar en otra cosa que no sea qué nueva medida tomaré mañana para seguir despojándome de todo lo supérfluo.
Voy a intentar dejar de respirar.
Despojarse y poesía.

07 agosto 2008

La Nada

No daba para más
no daba ni un suspiro quedo
entre la tormenta
y el aullido
de los ahogados
que flotaban como peces
con las agallas al aire
y las escamas flácidas
moradas.
Era mentira que la tierra
surgiera de la mar
de las entrañas de las olas
o de las corrientes heladas
o de los abismos inexplorados
o de la inútil esperanza
de llevar sombrero y corbata.
El dedo pulgar de la mano derecha
se lo comió un tiburón
y ya no pudo volver a chupárselo
el dedo índice señalaba
el horizonte
la nada.
(Patera.Fotografía de Borja Suárez)

En recuerdo de los desesperados que nunca llegaron.

Inmigrantes y poesía.

06 agosto 2008

No fue un sueño

La primera foto nada más llegar. Vista desde el apartamento en Punta de la Mona (Granada). Fotografía de I. Huete

También hubo luna. Vista desde el apartamento. Fotografía de I. Huete.

Puesta de sol desde el apartamento en Punta de la Mona (Granada). Fotografía de I. Huete.

A las 10:10 de la mañana un hombre en la playa de La Herradura (Granada). Fotografía de I. Huete.

El último día, la última visión en la cala de Marina del Este (Granada). Fotografía de I. Huete.


Fue una delicia contemplar la belleza del mundo y las soledades de todos.

Mar, sol, luna y poesía.

03 agosto 2008

FIEBRE Y CIUDAD, un libro enjaulado

(Jaula realizada artesanalmente por Isabel Huete en madera y metacrilato)

(Muestra de las páginas del libro Fiebre y ciudad, editado por Diógenes Internacional)

En el Slide colocado en la columna derecha del blog se pueden ver todas las imágenes incluidas en el libro. Si se pincha en cada imagen se puede saber a qué corresponden.

La revista virtural Espacioluke saca en el número correspondiente a julio y agosto la reseña que he realizado sobre este libro en el que he colaborado con su autor, Andreu Navarra Ordoño, con fotografías correspondientes a distintos lugares de la ciudad de Madrid, las cuales he retocado digitalmente con los programas Photoshop y Photo Editor para darles más fuerza y para que complementaran también la que desprende toda la poesía de su autor. Reproduzco, pues, la citada reseña:

Escribir sobre un libro en el que se ha participado en la forma y en el contenido no resulta fácil, porque todo lo bueno que diga de él puede resultar pretencioso, pero también me parece injusto no hacerlo ya que la “contraparte”, Andreu Navarra Ordoño, el auténtico protagonista, es un poeta magnífico al que me siento orgullosa de haber editado. Me lo presentó Google cuando iba buscando alguna referencia sobre la prosa abstracta; allí estaba él con un artículo publicado en 2001, en la revista virtual Babab, titulado El arte según Samuel Beckett (la realidad como raíl). Pasado el tiempo, y como consecuencia de aquella incursión mía por el ciberespacio, ha surgido esta colaboración literaria en la que tanto empeño y cariño hemos puesto ambos.
Andreu Navarra (Barcelona,1981) es un autor muy joven y muy sabio, lo que le hace doblemente atractivo porque tiene la osadía y la frescura de la juventud y la madurez de quien bebe de la literatura sin descanso y la utiliza con rigor tanto para enseñarla a sus alumnos como para plasmarla con una escritura profunda y ágil en los artículos y críticas literarias que escribe en diversas publicaciones. También acuden a él para que prologue libros de otros, lo que hace con gran sensatez y, sobre todo, con un criterio muy definido sobre lo que significa la literatura contemporánea, en especial la de aquellos autores y autoras que subvierten los cánones establecidos, esas reglas no escritas que quienes dominan el cotarro de la literatura española imponen para cerrar puertas y ventanas a cuantos competidores aparezcan. Andreu siente pasión por la autenticidad de la palabra y lucha para que ésta aflore en cuantos espacios estén en su mano abrir; hoy escribiendo un prólogo, mañana creando una antología y pasado, quizá, será dirigiendo una enciclopedia. Con él todo es posible porque su sana ambición literaria no puede tener límites.
Pero también escribe libros, y a los dos que ha publicado, Suicidio Súbito (Erizo/Eriçó, 2006), su primer poemario, y Dos modernidades: Juan Benet y Ana María Moix (Abecedario, 2006), se une éste que ahora presento (editado por Diógenes Internacional Ediciones, donde dirijo los proyectos editoriales), elaborado artesanalmente por mí, y al que también he tenido el honor de contribuir, a petición suya, con fotografías propias retocadas digitalmente.
Los poemas de Andreu Navarra fueron los que me marcaron el camino para idear y elaborar este formato del libro-objeto y para realizar las fotografías que los acompañan. Como dice Eduardo Moga en el prólogo -uno de los más hermosos y certeros que yo haya leído-, “Andreu mira, con lucidez, a su alrededor -a esos paisajes urbanos que son, a la vez, los escenarios de la modernidad y del delirio- y también a sus adentros: la objetividad del mundo y la subjetividad de quien se siente devorado por el mundo, se aúnan en un solo discurso alucinado”.
La jaula, como símbolo del cerco físico y emocional al que nos somete la vorágine de la gran ciudad, y también como metáfora de la soledad de quien, a pesar de todo, no consigue quedarse a solas. El ser, el libro, sobrevive dentro de ella; los barrotes trasparentes, cristalinos, nos hablan de la fragilidad de un yo irreemplazable. En contraposición, las imágenes son un estallido de color y de luz con los que se quiere reivindicar la necesidad vital de luchar contra el vacío, de romper los silencios impuestos, de oponerse a la derrota, de encontrar la llave maestra que abra todas las puertas. Y es que Andreu nos deja, aunque pequeña, una rendija abierta a la esperanza.

Así escribe Andreu Navarra:

Unión

este libro herido de mis ojos
solitario
sólo evoca la separación de un cuerpo
la tiniebla que siguió al reposo
la tortura celular
la demanda insostenible
de un contacto
sin el odio necesario para soportar
la necesidad de llenar
un pequeño espacio
pero sola y exclusivamente aquel espacio
soledad poco amordazable
siempre allí donde la noche deja de existir

ISABEL HUETE
En la misma revista también se puede ver otro libro-objeto que realicé para el poemario de José Blanco Mira mi corazón preso en el ámbar de los instantes eternos, sobre el que el mismo autor escribe también una reseña sobre cómo se gestó el libro y cuál es su contenido.


Tengo que dar miles de gracias a Inés Matute, la directora de Espacio Luke, por el cariño que pone y el interés que tiene por todo lo que edito. Gracias Inés por ese regalo que me has hecho. Eres un solazo.

Y tampoco podía faltar hacer una referencia e invitar a que leáis la entrevista que Inés hace a mi querida Inma Luna, deliciosa poeta y poeta deliciosa. Un lujo.


Y como este mes la revista está llena de amigos, no podía faltar Isaías Fanlo con una fotografía de las suyas, delicada y bella como todas las que hace.

http://www.espacioluke.com/2008/Julio2008/fanlo.html

A quienes les guste la poesía, que no se pierdan tampoco el nuevo libro de Kepa Murúa, poeta vasco a quien tuve el honor de editar un poema en otros de los libros-objeto que he editado, Territorio Bilbao, del que comentaré algo en otra ocasión. Kepa nos deja una muestra de lo que escribe publicando varios poemas, magníficos todos ellos.


Y por hoy nada más, que ya es bastante para ser mi primer día de "reingreso" en la vida de la ciudad. Mañana todo será diferente y la añoranza de lo visto y vivido el mes pasado será la protagonista.

Literatura y poesía.

FOTOLIA