"La poesía de Machado no es propiamente "amorosa"; es algo más profundo y menos frecuente: poesía enamorada. El amor no es 'tema' de la poesía de Machado; es su suelo, su raíz, su temple; desde el amor a mujer, instalado en él, mira las cosas, lo conmueven, le duelen, las canta. Es el principio de su organización, la dimensión en la cual se encuentra a sí mismo y puede hablarse a sí mismo -'converso con el hombre que siempre va conmigo'-, la pauta de su interpretación personal ... Cuando El Machado de los últimos veinticinco años de su vida entronca con aquél en que más auténticamente se eligió a sí mismo, vuelve a sonar como campana sin hoja, como cristal estremecido ... Por eso su verso nos llega a lo más hondo, por eso al leerlo sentimos que se trata de nosotros; porque al escribirlo se trató de él hasta lo más profundo de su raíz."
Desnuda está la tierra,
y el alma aúlla al horizonte pálido
como loba famélica. ¿Qué buscas,
poeta, en el ocaso?
Amargo caminar, porque el camino
pesa en el corazón. ¡El viento helado,
y la noche que llega, y la amargura
de la distancia!... En el camino blanco.
algunos yertos árboles negrean;
en los montes lejanos
hay oro y sangre.... El sol murió... ¿Qué buscas,
poeta, en el ocaso?
Poesía, ¡y más poesía!