Bitácora de Isabel Huete

SOLIDARIDAD CON HAITÍ

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25 marzo 2009

Madrugá taurina


Hay un silencio extraño a estas horas de la madrugada. Sin duda la vorágine del día nos ayuda a sentirlo más cuando llega. El gato se retuerce entre mis piernas exigiendo que me vaya a dormir; no le gusta que me quede despierta hasta tarde. Aunque me caigo de sueño me resisto al abandono en los brazos de Morfeo. A veces es como si la vida tirara de mí, celosa de que abandone la vigilia. Sin embargo no se lo agradezco como en otras ocasiones porque últimamente percibo cierto ensañamiento por su parte poniéndome las cosas difíciles. No está correspondiendo como debiera al gran amor que siento por ella, pero ignora lo persistente que puedo llegar a ser.

Desempeñar un trabajo con la única finalidad de que te permita comer no es un plato de buen gusto y a mí ese plato se me está indigestando últimamente. He tenido que guardar las formas hasta límites inimaginables en aras de mantener en pie un pedacito de mi existencia, relegando la mala leche y los insultos a los confines de mi pensamiento. Y es que hay gente a la que el corazón y, lo que es peor, la razón, se le han tornado residuos tóxicos. No nacieron en la miseria pero han elegido volverse miserables. Los vaivenes del poder tienen eso: los que lo alcanzan arremeten con todo hasta dejar los despachos como un erial, transformando a sus ocupantes en desechos laborales para que lleguen otros y los tiren a la basura. Se oye a las hienas reír por los pasillos al olor de los cadáveres.


Se me han quemado las pestañas de tanto mirar de frente; han ardido mis labios de tanto derroche de palabras amables mientras se iban abrasando todos los argumentos; mis manos han dibujado miles de gráciles siluetas en conversaciones que otros han olvidado en cuanto he salido por la puerta. Me he sentido como un toro bravo engañado por el rojo color de un capote. Y he notado la arena del ruedo insegura bajo mis pies. No he podido esquivar las banderillas y percibo el calor de la sangre derramándose por un costado, pero antes de que intenten entrar a matar me quedan aún muchas cornadas por repartir. Yo intento mostrarme como un toro de casta pero sé que, en el fondo, a sus ojos no paso de ser una vaquilla. ¡Si yo sólo quiero que me dejen correr por los campos y pastar entre las flores!


De los toros no me gustan los toreros y su espectáculo sanguinario; tampoco me gustan las personas que en la vida se comportan como ellos pero, por desgracia, las hay a puñaos y para que existan siempre tiene que haber alguien que haga de toro. Esta vez me está tocando a mí pero no se lo voy a poner fácil.

¡Serán cabrones!

Resistencia y poesía.

10 comentarios:

Merche Pallarés dijo...

Ay, querida Isabel, lidiar con los mediocres es lo peor que a uno le puede pasar pero como eres toro bravo seguro que les vences. ¡Ánimo! y muchos besotes, corazón, M.

Marian Raméntol dijo...

Es un momento innegociable sentir que la vida tira de ti, sobre todo si sabemos parar y tomar consciencia de esos regalos tan escasos.

Un besito, guapa.
Marian

Adu dijo...

Más vale morir de pie que vivir arrodillado, sin duda, pero simplemente, a veces no se puede. Entonces, hay que hacerse una limonada con el limón. Yo no sé cómo se hace pero hay gente que lo consigue, debe depender del azúcar que le eches.
BBD.

Anónimo dijo...

Sí Isabel, están por todas partes dispuestos a joder la vida del que tienen al lado. Será por la falta de una propia, o al menos por la falta de una que les satisfaga.

Que se vayan al cuerno!

Muchos besos y mucha fuerza.

Anónimo dijo...

Y la envidia, y los celos... Lo dijo alguien (muy acertadamente): "Quien no folla jode". No hay nada peor que un mediocre con "cargo"; ¡esperpéntico! Ya ves, también tengo mi experiencia... Cuesta, pero al final vences.
Un besazo. ¡Suerte! Àngela

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Qué puñetera es a veces la vida cotidiana, querida Isabel.
Besos.

Emilio Calvo de Mora dijo...

La vida es lo que haces de ella, dice una canción inglesa que me gusta mucho. Pues eso. Y en mayúscula. Y con coraje. Tú eres fuerte. Besos, Isabel.

jg riobò dijo...

Es muy importante valorar y aceptar el trabajo o bien buscar y buscar ese trabajo en el cual estar a gusto.

Teresa dijo...

Uno es feliz hasta que se da cuenta de la existencia de este tipo de personajes, que no van directamente a por ese uno, pero que para conseguir su objetivo, lo devastan todo.

El consuelo es la temporalidad, que no perdona a nadie, y volverá a colocar a cada uno en su sito.

El camino perdido dijo...

Estoy encantado de descubrir tu rincón!!!!

Genial texto.

Creo que a veces somos injustos con ciertas personas, porque hay quién que no puede ser de otra manera, por su educación,por la familia en la que se crió, su a,biente infantil, etc... Todo en su vida fue un desastre, todo el mundo fue malo con ellos, y ellos serán malos con todo y con todos. Hay que tener cuidado al calificar de mediocre a la gente (que no digo que no los haya)

Saludos y enhorabuena por el blog!!

FOTOLIA