Bitácora de Isabel Huete

SOLIDARIDAD CON HAITÍ

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06 septiembre 2009

No más beligerancia, por favor



Ultimamente estoy recibiendo muchos e-mail a los que se adjuntan presentaciones de Power Point cuyo contenido versa sobre costumbres y comportamientos de gente que profesan la religión islámica, todos de países árabes aunque no siempre actúan en ellos sino también en países europeos. Casi siempre van acompañadas las imágenes de comentarios contrarios a tales costumbres o actitudes en los que se pone a esas sociedades a parir para concluir con afirmaciones del tipo "nos estamos dejando invadir", "en su país no tendría libertad para decir estas cosas o vestirme a mi manera" o "escondiendo la cabeza como las avestruces no podremos pararlos", etc. El problema es la finalidad con la que se construyen y se difunden esos mensajes: ponernos en contra de los inmigrantes procedentes de los países árabes, hacernos dudar de que puedan practicar su religión libremente, asustarnos con la idea de que nos acabarán sometiendo a sus leyes o sharias.

Nadie más beligerante que yo ante el sometimiento de las mujeres en la mayoría de esos países, su falta de libertad, su utilización como meros objetos al servicio del hombre, su ocultamiento físico hasta límites escandalosos, las diferentes varas de medir de la justicia ante determinados comportamientos en función de quién los realice o el pisoteo constante de su dignidad. Todo ello, claro está, desde la óptica de una ciudadana occidental que profesa otras costumbres y que disfruta de casi todas las libertades, entre otras poder vestirse como le dé la mismísima gana, trabajar en lo que le apetece (o le dejan) o no profesar o practicar religión alguna si no quiere.

Comprendo que mucha gente no ha vivido (por suerte) el talibanismo que en los años de plomo sufríamos aquí, como tener que llevar velo en la iglesia o no poder entrar en ella si no era con manga larga. A las que nos atrevíamos a ponernos la falda corta cuando ésta empezó a implantarse se nos tachaba de putas, o simplemente por el hecho de besarnos en la calle con un chico significaba la pérdida irremediable de la pureza y quedábamos marcadas de por vida. No digamos ya si después del beso se sabía que habíamos acabado encamados. Vivíamos en la mentira constante, haciéndonos pasar por auténticas benditas mientras entre las piernas algo se quemaba a fuego lento.

No ha sido fácil superar estas frustraciones y todavía queda mucho por hacer mientras tengamos detrás una Iglesia (y algunos jueces) dispuesta a cerrarnos todas las puertas. Las religiones, todas, siempre han sido castrantes, sectarias y fascistoides. Todas han querido imponernos sus dogmas para mantener su poder secular sobre la sociedad. A los que practican el Islam y cometen una falta (que aquí nunca sería tal), o bien le cortan una mano o lapidan a una mujer por infiel o por beberse una cerveza en público. Son sanciones terribles y macabras, pero quizá a pesar de todo puedan ser abrazados por Alá en su Paraíso. A nosotros directamente, cuando cometemos una falta contraria a la religión, nos envían al infierno (es una pena que ahora digan que no existe) a quemarnos como gorrinos si no le confesamos nuestro "delito" a un señor que se esconde tras una caja de madera con celosía mientras se toca los huevos o se mete el dedo en la nariz. Las mujeres pueden llegar a ser santas pero nunca impartir misa; tampoco hay mujeres en los órganos de la Iglesia ni en los concilios. Somos las portadoras del pecado original y por nuestra culpa se tuvo que expulsar al pardillo de Adán de nuestro Paraíso. Desde entonces todos somos portadores del virus del pecado, inoculado en la vena de la conciencia, y si no hacemos actos de contrición durante toda nuestra vida nuestra sanción será no ver a Dios, así que no habrá abrazo que valga. Da igual que nos muramos de muerte natural o nos maten, si estamos en pecado la hemos cagado per in secula seculorum. No hay escapatoria si no te dan ese segundo de regalo que te permita pedir perdón por haber disfrutado de una vida de goce y promiscuidad. Y, encima, el día del Juicio Final te harán confesar todas tus miserias delante de la humanidad entera y tu suerte dependerá del punto cardinal que indique el dedo pulgar del supremo juzgador.


En todas las religiones cuecen habas, pero sería una ingenuidad pensar que la belicosidad que muestran algunos grupos árabes contra occidente sea debido a cuestiones de credo. Desde tiempos inmemoriales hemos considerado a los árabes y a los africanos, y a los sudamericanos también, seres inferiores y hemos procurado por todos los medios hacérselo saber, bien invadiendo sus territorios por la fuerza (¿nos hemos olvidado de las cruzadas o de la conquista de América?) o bien apropiándonos pacíficamente de ellos mediante la colonización política o económica. Nunca los hemos dejado vivir en paz y por razones de políticas geoestratégicas hemos apoyado a gente sanguinaria y corrupta en unos casos y, en otros, en razón de su poder económico hemos consentido los mayores dislates. Sus sociedades nos han importado una pipa y si en algún momento pretendieron ser libres oponiéndose al sistema, ayudamos a los tiranos a machacarlas.

La imposición del Estado de Israel, robándole el territorio a sus habitantes palestinos, fue el colofón de la imposición a martillazos de un orden que a occidente no correspondía establecer y el origen de posteriores conflictos que han acabado en la devastación de la mayor parte esa zona y el empobrecimiento y desplazamiento forzoso de millones de sus habitantes a otros países. Al Estado de Israel se le permite disponer de armas nucleares pero no a los países colindantes, como si la mayor belicosidad no hubiese surgido del primero en aras de expandir su territorio a base de guerras encarnizadas. Si Israel vulnera las decisiones de Naciones Unidas aquí nadie rechista o rechista bajito; si lo hace Irán o Siria las sanciones caen como bombas de racimo sobre toda la población. ¿Qué esperábamos entonces, que los países árabes se quedasen calladitos y sonriendo? La situación de Palestina ha sido la espoleta que ha acabado por hacer estallar la rabia contenida durante tanto tiempo. No se puede humillar a una nación permanentemente sin que acabe pasando algo grave.

Si aquí inventamos la guerra de guerrillas contra la invasión francesa, no deberíamos de extrañarnos de que en los tiempos que corren éstas hayan trasmutado en actos terroristas por parte de grupos árabes que siempre han actuado bajo el paraguas de algunos países afines. No puedo defenderlo ni lo defiendo, pero otra cosa es que quiera engañarme respecto a las razones que nos han llevado a esta realidad tan lamentable y desastrosa para todos. Si en un principio hubo una contención contra Israel, ahora se le quiere borrar del mapa y, de paso, castigar a sus aliados. En todas las conversaciones de paz, la intransigencia israelí ha abocado a su fracaso y no se han conformado con seguir construyendo asentamientos en territorios palestinos sino que, para colmo y vergüenza, han construido una muralla de separación.

El exacerbamiento de las posturas provienen del cansancio y la desesperación, y el mariconeo de occidente no ha hecho más que alimentarlo. No nos extrañemos, pues, de que digan los disparates que dicen sobre nosotros aunque vivan en nuestros países y disfruten de nuestras libertades. Se siente muy ofendidos y están muy cabreados. Sus actos de terrorismo son tan injustificables como las bombas que nosotros lanzamos contra ellos matando en su mayoría a civiles, y no vale con decir que no fueron nuestros aviones porque aquí todavía no he oído a nadie que critique esa acción de la OTAN. Todos nos comportamos como animales sin pensar en las cicatrices que se forman y que perdurarán para toda la vida. Ni los unos ni los otros tenemos la razón de nuestra parte, por eso no sólo podemos ver la paja en el ojo ajeno sino también la viga en el nuestro.

Creo que alimentar el odio y la sinrazón contra aquél a quien tenemos miedo no es más que una huida hacia delante, lo mismo da que se haga desde una emisora de radio que desde una presentación de Power Point si lo que predomina es una visión maniqueísta del problema. Ni por asomo pienso que los árabes, y con ellos el islamismo, nos quieran invadir, pero soy consciente de que mientras puedan intentarán vengarse amedrentándonos con soflamas que salen más de sus vísceras que de su razón. Se defienden atacando, pero sólo es una forma de hacerse notar, el deseo de que alguna vez pensemos y actuemos con ellos como iguales.

Así lo veo yo y así lo cuento.

Concordia y poesía.

22 comentarios:

Merche Pallarés dijo...

¡Jesús! Qué repaso has hecho a nuestra historia reciente... Estoy de acuerdo contigo en casi todo lo que dices excepto en eso de "tener miedo al árabe islámico" Por lo menos yo, personalmente, no lo tengo ni aquí, en Ibiza, se siente que se tenga... y, mira que existe una colonia bastante numerosa. Ellas van con sus pañuelos y sus chilabas mientras se cruzan con jóvenes casi desnudas y todos se respetan. Pero, bueno, Ibiza es "diferente" quizá en algun otro lugar de la península se note más. No sé. Besotes, M.

Merche Pallarés dijo...

¡Ah! y lo de Israel y la injusticia que se ha hecho con Irak ¡no tiene perdón de los dioses! Las religiones, todas, son una farsa. No puedo con ellas. Besotes de nuevo, M.

Unknown dijo...

Isabel, estos power ointa están por la red. Yo también he recibido algunos.
Has expresado magníficamente lo que muchos pensamos.
Sí señor, sin pelos en la lengua.
Besos.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Excelente entrada, Isabel. Toda sociedad regida por normas religiosas cae en el fanatismo. Aquí y en cualquier parte del mundo.
Lo que me sorprende es que, como bien dices, muchos de los que atacan los países árabes defienden nuestro pasado, en el que tanto hay condenable.
Lo que hay que hacer es contribuir para que todos los países salgan del fanatismo religioso, no atacar el de unos con el de otros.

Natalia Blasco dijo...

Es desolador comprobar que la cohesión de muchos grupos se sigue basando fundamentalmente en el odio a algo exterior, diferente.
Y no hay que irse muy lejos para encontrar ejemplos de como esto se sigue produciendo.
Y el hecho es que aunque algunos de nosotros tratamos de transformar nuestro pensamiento, sabemos que son siglos de evolución cultural los que lo permiten.
Me siento incapaz de juzgar a una mujer que voluntariamente cubre sus cabellos con un pañuelo, aunque sea consciente de sus últimas consecuencias y de la violencia que implica sobre las mujeres.
Nos quedan muchos horrores que presenciar y sé que no viviré para ver el final, porque también sé que los milagros no existen.
Me apena saber que no es mucho amor, que casi siempre acarrea su temible reverso, sino respeto y trabajo lo que permitirá salir de este atolladero.
Gracias por tu escrito.

Sasha dijo...

Yo también creo que todas las religiones, TODAS, exceptuando tal vez el budismo, cuando tienen poder político intentar imponer a sangre y fuego la idea única, la suya, esa verdad incuestionable que les viene de estar en contacto directo con el altísimo, se llame como se llama, convirtiendo en una pesadilla la vida de los demás, parece que el respeto a la individualidad y el derecho a vivir de los que piensan diferente les pilla a todas igual de lejos, moraleja: las religiones a las iglesias y los gobiernos laicos (por amor de dios), por otro lado en tiempos de crisis ya se sabe es terreno abonado para buscar chivos expiatorios.
Con todo hay cosas que no dejan de producir un cierto sarpullido, como ver en lo más intenso del verano, con una temperatura asfixiante al señor e hijos con pantalón corto y camisa fresquita y su señora e hijas con las mangas hasta el puño y un pañuelo en la cabeza, como mujer algo se revela dentro de mi y como española de una cierta edad, nadie conseguirá convencerme, que ningún tiempo pasado fue mejor.

Un beso flaca

Alma Mateos Taborda dijo...

Muy buen post. Para pensar bastante sobre esto. Felicitaciones! Un abrazo

Adu dijo...

Muy buena tu exposición, Isabelota.
Personalmente estoy convencida de que solo desde el conocimiento del otro será posible la concordia. Porque se teme lo que se ignora, y se reacciona contra el miedo a base de fuerza bruta.
Cualquier religión SÍ es el opio del pueblo si de ella se hace doctrina.
Viva la libertad.
Viva la cultura.
Besis corazona.

Javiera A Vega Gutiérrez dijo...

De acuerdo Isabel, sin embargo creo que el mundo arabe actual es comparable en mentalidad a la Edad Media de occidente, porque mas que una religion es una mentalidad, he ahi la amenaza, para la mayoria de los arabes su religion es como ven el mundo, es como se debe vivir la vida , fundamentalista en su meollo; en cambio, pienso, para nosotros, desde ya hace unos siglos, la religion dejo de ser la forma en que veiamos la vida, la reemplazamos por el vivir para el dios dinero y el dios fama, Renacimiento. Para poder acumular dinero, para poder usarlo y disfrutarlo debemos ser liberales. Saludos querida Isabel

la-de-marbella dijo...

Hola, estoy totalmente de acuerdo contigo.Recibo muchos power point de gente que intenta molestarme por mis ideas. Hace tiempo que no paso de la primera pantalla si percibo a priori de que van. Muy bueno tu texto. Saludos

SILVIA dijo...

También yo he recibido alguna de estas cosillas Isabel. Has descrito perfectamente lo que muchos pensamos ( o al menos lo que pienso yo ). Estoy total y absolutamente de acuerdo contigo. Muy buena entrada, amiga. Realmente buena.
Mil besitos!!!

Teresa dijo...

HOOOOOOOOOOOLAAAAAAAAAAAAAAAA....
sólo paso a saludarte, voy muy de culo. volveré cuando tenga un hueco.

BESAZOS GORDOS

Roger Rivero dijo...

Hola y disculpa la tardanza en llegar. Isabel, sabes he recibido esa clase de material y me solidarizo con tu planteamiento, ante la frustración frente a tanta mariconada, -upps perdón- te mando un abrazo fraternal y es muy lindo tu blog, me encanto, saludos, roger

Teresa dijo...

totalmente de acuerdo. la religión es la mejor arma inventada por cuatro espabilados.

para colmo...
"Y, encima, el día del Juicio Final te harán confesar todas tus miserias delante de la humanidad entera"
yo así no me muero, menudo tostón aguantar las calamidades de toda la peña. Me veo poniendo sellos. "¡Siguiente!"

P.D.: menuda columna de opinión te ha salido

fotosbrujas dijo...

no se qu ematará mas si las armas o la ignorancia, si el saber salva vidas estudiemos aunqeu creo que tambien se prenden cosas amando

Merche Pallarés dijo...

Ay, BIPO, ¡cómo me he reido con tu comentario! Besotes, M.

Silvia_D dijo...

Vengo a dejarte besos y abrazos, pequeña.

fotosbrujas dijo...

hola guapa ya estaras al tanto de la polemica por lso versos del encuentro de escritores de béjar
q te "paice"?
saludos

GEORGIA dijo...

En solidaridad total con tu planteamiento...que resultó casi un ensayo

un abrazo querida

KUBAN dijo...

Interesante y amneo. Gracias. Volveré.

Mónica López Bordón dijo...

Queremos mujeres libres que puedan decidir su vida sin ataduras ni prejuicios.

y desde luego, la poesía es un arma de futuro y libertad.

Bss

Fermín Gámez dijo...

El principal problema de una religión, a mi entender, es el dogma intolerante. Lo siguiente que lo estropea todo es que, con la religión, se apropien los que la profesan del derecho de los demás a la libertad.

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