Bitácora de Isabel Huete

SOLIDARIDAD CON HAITÍ

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26 febrero 2008

Caña al mono

Todos sabemos, porque lo hemos constatado, cómo de ha ido deteriorando el hacer de la política durante la anterior legislatura. Bueno, no todos, porque hay millones que están encantados por cómo ha transcurrido la vida pública. Es de pena, patético, comprobar que la caña al contrario levanta pasiones, hasta algunos lo han convertido en una moda, en una forma de vida. Escuchar e intentar comprender, aunque al final no se esté de acuerdo, parece que se lleva mal. Hemos pasado del "váyase Sr. González" al "Sr. Zapatero, ud. se ha vendido a los terroristas". No sé qué es peor. No puedo ser imparcial, lo siento. Tampoco tengo por qué serlo. Pero me resisto a creer que los comportamientos de ZP y de Rajoy sean equiparables o comparables. Quizá ZP haya cometido errores imperdonables (que no creo que hayan tenido ese calibre), pero en ningún caso se puede hacer una utilización tan torticera de los mismos, tan ventajista y tan repugnante.

Viendo el debate de ayer, que ya me echaba un poco para atrás por su encorsetamiento, sus limitaciones absurdas y miedosas, me di cuenta que ese señor de la barba va a seguir así de por vida, al menos de por vida política, mientras le dure. A mí no me da ninguna pena ZP, es que oyendo a Rajoy me siento insultada como persona y como ciudadana. Yo defiendo la negociación con ETA hasta lo inagotable, incluso defendería referéndums en donde se plantearan. Soy partidaria del Estado federal, incluso de la independencia de aquellos territorios en los que la mayoría de sus ciudadanos así lo decidieran. No tengo ningún sentimiento de patria, no soy patriota por ningún costado. España es el lugar donde nací (en una colonia entonces, por cierto), pero siempre me he sentido de allá donde he ido o de ningún lado en especial. El sentimiento de patria, ya sea española, vasca o catalana, me parecen una catetada en el mundo interdependiente y globalizado en el que vivimos (no sólo en el aspecto económico, tal y como yo lo entiendo). Por eso me parece también un despropósito exigir a los inmigrantes un contrato de "españolidad costumbrista". Me avergüenza semejante propuesta.

No estuvieron bien ninguno de los dos, pero uno estuvo mucho menos bien que el otro, y no por sus actitudes, sino porque si hay algo innegable es que en esta legislatura se ha hecho un esfuerzo importante por reconocer derechos de la ciudadanía. No lo digo yo: ahí están, sólo hay que leerse el BOE. En economía hemos ido bien toda la legislatura, y en empleo, aunque en el último período las cosas se hayan torcido, pero no se puede calificar una legislatura por los últimos 8 meses, más cuando hay aspectos importantes ajenos a nosotros que nos arrastran, como es la subida imparable del petróleo, la dichosa estafa de las hipotecas subprime o la incomprensible subida del trigo o de la leche, que está cayendo en origen pero los intermediarios están haciendo su agosto manteniéndolos para el consumidor (que se se lo pregunten a mi frutero o a mi carnicero). Y eso que yo he perdido poder adquisitivo desde hace años, como la mayoría, porque los precios han subido de forma mucho más considerable que mi sueldo, pero me alegro de que haya mucha más gente con empleo, aunque quede mucho por hacer respecto a la calidad de éste. Lo que me parece una barbaridad, independientemente del derecho de las personas a tener una vivienda digna, que haya gente que se lance a comprar una vivienda sin disponer de empleos medianamente estables o con sueldos insuficientes, como si se les fuera la vida en ser propietarios. Respeto esa decisión, o que se tenga como meta comprar un piso, pero no la entiendo, más cuando se deja media vida en ello, como si la vida fuese mejor por tener una escritura de propiedad, o sólo eso. Por cierto, ¿sabrá Rajoy que los tipos de interés han subido por decisión del Banco Central Europeo? 

Si no se reconocen las evidencias es porque no interesa y porque los que se han opuesto a todo ello, y se oponen, nunca nos pondrían en valor como ciudadanos. Es mejor ahondar en los errores, relativos pero reales; seguir metiendo el dedo en la llaga, acosar al otro a ver si por fin cae por el precipicio. Ése es el talante de la derecha. Prefiero al "ZP-bamby", aunque sólo sea porque demuestra más educación. 

Y la Iglesia, por favor, que se retire de una vez a sus cuarteles de invierno. Que paguen sus gastos los fieles, que yo le daré la parte de mis ingresos que me dé la gana a quien me dé la gana.

Esperanza y poesía.

2 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

En efecto. En efecto.

Inma Luna dijo...

Querida Isabel, por supuesto que IU no tiene la exclusividad de su ideología, es más creo que sus integrantes y votantes estarían encantados de poder exportarla y más en el aspecto al que haces referencia de la defensa de los débiles. Sin embargo no parece que la política socialista de los últimos tiempos se ocupe demasiado de estas cuestiones; no hay más que fijarse en el hecho de que Zapatero esté dispuesto a “devolver” 400 euros a los contribuyentes como si todos los servicios públicos estuviesen ya cubiertos. Desde luego la “política de cheques” no ha sido nunca política de izquierdas y sí la de la construcción de hospitales, escuelas infantiles, mejora de los transportes públicos, etc., etc. Rebajando impuestos como el de patrimonio tampoco parece que se vaya por el camino de que quienes más tienen paguen más, más bien al contrario.
Por otro lado, lo que dices de la demagogia de IU en sus propuestas es un argumento más para convencer a los votantes de que los únicos partidos políticos que pueden hacer propuestas serias son PSOE y PP, propuestas no demagógicas y con visos de realidad, en fin, no me parece una crítica ecuánime.
Sin embargo, lo que más me preocupa es el hecho de que se esté intentando convencer a los votantes de IU, incluso los que lo son de siempre, de que ahora lo “útil” es votar al PSOE para que no entre la derecha. Este es el voto del miedo que tras el recorrido democrático de España deberíamos tratar de evitar porque no es un juego limpio.
Se trata, sobre todo, de intentar que las fuerzas políticas estén más equilibradas para que el bipartidismo no sea tan evidente y haya lugar también para las minorías, para otras ideologías que no sean las de los dos “únicos” partidos con posibilidad de gobierno.
Besos, guapa.

FOTOLIA