Bitácora de Isabel Huete

SOLIDARIDAD CON HAITÍ

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07 octubre 2008

La incertidumbre. ¿Hay salida?


En El País de hoy publica un artículo Daniel Innerarity, profesor de filosofía de la Universidad de Zaragoza, cuyo título es El retorno de la incertidumbre y aparte de parecerme interesante también me ha parecido enormemente revelador (te lo recomiendo especialmente Pedro Ojeda).

En él, según yo lo he entendido, se parte de las siguientes premisas:

1. El saber respecto a la realidad social y la forma de gestionarla ha cambiado, se ha agotado, y hay que replantearse ambos: saber y política así como su relación.

2. El saber ya no descansa sobre certezas y la política debe partir del desconocimiento.

3. La inestabilidad y la incertidumbre se han instalado a todos los niveles, lo que implica que hay que aprender a gobernar el riesgo.

4. La sociedad del conocimiento pasará a ser la del desconocimiento porque cada vez es más consciente de su no-saber y progresa no tanto aumentando sus conocimientos sino aprendiendo a gestionarlos.

5. Los problemas han cambiado y el saber no tiene todas las respuestas porque se requiere otro tipo de saber adecuado a ellos. La ciencia ya no puede liberar a la política de la responsabilidad de decidir en situación de inseguridad.

6. El avance del conocimiento es directamente proporcional al aumento del no-saber, lo que afecta a cuestiones como consecuencias, alcances, límites y fiabilidad de la ciencia.

Concluyendo: que en las relaciones entre saber y poder, hay que tener en cuenta que ni uno sabe tanto ni el otro puede tanto, así que ahora no les queda otra que compartir la incertidumbre. Con ello culmina: De ahí que el problema ya no sea cómo compaginar un saber seguro con un poder soberano, sino cómo articularlos para compensar las debilidades de uno y de otro en orden a combatir juntos la creciente complejidad del mundo.

La lucidez del autor estriba, para mí, en la manera en la que en buena medida aclara el desconcierto en el que estamos sumidos la mayoría de los ciudadanos, si no todos, ante la deriva que están tomando muchas cuestiones que nos afectan: economía, conflictos armados, desigualdad, pobreza, cambio climático, nuevas tecnologías, biomedicina, etc. Asistimos asombrados, inquietos, desconfiados, a una sucesión de acontecimientos cuyos fines no son claros, sus límites cuestionables y sus consecuencias impredecibles.

La cultura de la solución inmediata a los problemas que van surgiendo, tan difícil de modificar, ya no nos sirve porque el conocimiento no alcanza a dar a esos problemas las respuestas adecuadas; problemas que creemos son los se siempre, o parecidos, cuando en realidad han cambiado de tamaño y efectos en la misma medida que la sociedad también lo ha hecho tanto en su estructuración como en los fines que persigue y en los medios que utiliza para ello. Esto trae como consecuencia el resurgimiento del temor y de la incertidumbre tanto en los ciudadanos como en los propios actores responsables y con capacidad de afrontar la nueva situación. La constatación de esta realidad me lleva a recordar la famosa frase anónima: "Cuando teníamos las respuestas nos cambiaron las preguntas". Frase hoy de plena actualidad y que a mí siempre me produjo cierta inquietud.

Supongo que el que la ciencia, o el conocimiento, admita sus actuales limitaciones, su no-saber, sus no-respuestas certeras, y que el poder político asuma que el acierto en sus decisiones está también cuestionado por la obligada legitimación a la que ha de someterlas sabiendo que no dispone de la necesaria certidumbre acerca de su validez, será la única manera de tranquilizar a una ciudadanía que se siente ignorada y vapuleada por los vaivenes de unos y otros y por sus mentiras y falsas promesas, tan propias de los patanes.

Conocer de qué pie cojean quienes manejan nuestro destino nos ayudará también a decidir mejor quiénes queremos que gobiernen nuestra incertidumbre y de qué manera, sabiendo de antemano que ninguno de ellos puede prometernos certezas absolutas sino soluciones relativas. La verdad no existe (¿existió alguna vez?) sino miles de interpretaciones de ella. Entonces, ¿por qué permitimos la manipulación constante?

En vez de ir en la línea del reconocimiento de sus carencias, da la impresión de que tanto el saber como la política se están jugando en Bolsa nuestras rentas sociales o, lo que es lo mismo, nuestros derechos e, incluso, nuestras obligaciones, dando por seguro que la carambola final les saldrá de lujo... Y eso no es lo mismo que gobernar el riesgo producto de la incertidumbre, a su vez derivada del desconocimiento, sino, más bien, recurrir a la inversión de nuestro capital social en meras suposiciones, falsos indicios y valoraciones ficticias de los rendimientos. A eso se le llama simple y llanamente especulación.

¡Así nos va!

Humildad y poesía.

11 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

He tenido un día complicado. Tengo pendiente de lectura el periódico.
Por lo que veo, reafirma la idea de que estamos en un cambio de época y algunos de los aspectos de tu resumen inciden en los de nuestra serie Pensar el mundo. Lo leeré con calma.
Besos.

Emilio Calvo de Mora dijo...

Me parece bien y no me parece bien. Me ha desconertado eso de "gobernar desde el desconocimiento". A mí me fascinan los juegos lingüísticos y la semiótica del cubo de Rubrik, pero con las cosas del comer no se juega. Y están jugando. Da lo mismo que se replantee la ética de lo político o que a partir de ahora los politicos aprendan a funcionar con otros patrones. Son los mismos patrones. Y los mismos polìticos poniendo en danza la misma idea, el mismo programa. Cambian comas, puntos. A mí me da que están probando y, en las probaturas, se pierde el norte. Desnortados, vamos.

Merche Pallarés dijo...

No he leido ese artículo de Innerarity pero por tu disección del mismo he llegado a la conclusión (simplista, por supuesto) de siempre, estamos siendo liderados por inútiles incompetentes que les viene MUY grande la responsabilidad hacia los ciudadanos, que tienen. Besotes, M.

Javiera A Vega Gutiérrez dijo...

wowwwwwwwww Isabel ! interesante la posicion de "incertidumbre" creo que incertidumbre , no saber lo que viene, y duda no saber si algo es asi, deben ser factores siempre presentes en nuestro acercamiento a conocer, saber, algo. Hoy la tecnologia y el avance cientifico junto a estudios sociopoliticos dan una falsa seguridad. Tambien creo que incertidumbre y duda siempre deben estar a manos puesto que nada es estatico y todo es sorprendente en nuestro cosmo.

Anónimo dijo...

La verdad no existe (¿existió alguna vez?)
Esto lo resume todo, es un problema entre la ilusión de poder y la ilusión de saber. Un espejismo. Humildad y poesía, que tandem tan escaso.
Un beso!

Silvia_D dijo...

Pues vale, yo a comentar de filosofía, verás la que se lía jajajaja

Los problemas de antes no se han resuelto, no creo que tengamos la respuesta a ellos, si no, no nos tendríamos que enfrentar con estos actuales.

Antes "no se dejaba pensar" y aún la peña no se acostumbra a "pensar por si misma" pero , para el "colectivo", sí para uno mismo, sin darnos cuenta, que el bien "para todos" es el que a la larga va a favorecernos realmente.

jajajajaj está diáfano y clarito no?

Y tú me preguntas qué es filosofía? posando tus azules ojitos , en mis ojos negros...
filosofía... eres tu lalallala

Pues que besos y más besos, cariño :) y feliz día :)

jg riobò dijo...

Mejor es no saber.
Librarnos del pensamiento, de la mente.
Vivir el momento sólo con los sentidos.

lavelablanca dijo...

Bueno, chica, la verdad que hoy no se sabe por dónde empezar.

Es cierto que viene bien un artículo que nos esclarezca ciertas cosas (que ya sabíamos, pero estaban en la sombra). Pero nos sigue dejando en la rueda.

Burroughs decía en sus diarios que nos han abandonado aquí, en este planeta regido por unos[as] cabrones[as] mentirosos[as] de capacidad cerebral modesta, sin sentido, sin un ápice de buenas intenciones.

Tal vez la clave está en no dejarse regir, en organizarse fuera del sistema que gestiona el saber y el poder. Es decir, una salida imposible, pero que hay que intentar.

[Por cierto, Isabel, una curiosidad: ¿moderas los comentarios porque has tenido alguna experiencia desagradable? Un saludo.]

Silvia_D dijo...

Cómo estás tú? yo bien, te echo de menos :)

Besos muy enormes, nena

Isabel Huete dijo...

Gracias a todos por vuestros comentarios y, sobre todo, me alegro de que os haya interesado tanto el tema. Tiene enjundia, tanto en el peor de los sentidos como en el mejor. Sé que estamos en un proceso de cambio pero me asusta pensar hacia dónde iremos porque es una total incógnita.

LAVELABLANCA, te contesto a tu pregunta: no modero los comentarios por haber tenido ninguna experiencia desagradable; simplemente creo que en este mundo donde también se cuelan impresentables organizados para fastidiarte un blog, una web o simplemente el e-mail, pues creo que es mejor prevenir. A nuestro amigo L.F. Comendador le ha pasado y cualquiera de nosotros estamos expuestos a ello. Lo ideal sería que no fuese necesarios, pero la realidad es otra.
Un besazo y ya sabes que me alegro siempre que me visitas.

Teresa dijo...

La primera parte que recomiendas su lectura a Pedro, pues que se la lea él que me ha parecido un galimatías, el enladrillador que desenladrille el cielo, buen desenladrillador será...

Y respecto a la tuya, más clara, que los incertidumbristas piensan que los incertidumbrados somos tontitos, y los incertidumbrados, aunque llenos de incertidumbre, si ven las insanas intenciones de los incertidumbristas o incertidumbradores (que para el caso es lo mismo)

Y digo yo... no se dan cuen, que nos percatamos del robo y espolio al que estamos siendo sometidos...
Lo que hay es mucha parálisis social.

FOTOLIA