Bitácora de Isabel Huete

SOLIDARIDAD CON HAITÍ

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03 diciembre 2007

México, lindo y querido... ¡cómo te añoro ya!

De nuevo aquí, bajo los efectos del dichoso jet-lag, o como se escriba, pero feliz de reencontrarme con este mi diario y con todos los amigos/as que me leéis. La ida estuvo mejor porque el avión no iba lleno y pudimos recostarnos en los asientos vacíos, pero la vuelta ha sido épica... En fin, que a pesar de todo, lo importante ha sido la estancia, la gente, el ambiente, la participación, y un montón de cosas más.
Como tengo la cabeza todavía un poco p'llá, me traje al trabajo la tarjeta con las fotografías para descargarlas y poder mostrar alguna pero me olvidé del lector de memoria... Así que aunque la cosa no tenga nada que ver con el viaje a México, me han enviado una noticia de Médicos sin Fronteras con una imagen-mensaje y, por aquello de la solidaridad y difusión de todo cuanto nos acontece por distantes que estemos de los problemas de otros países y de otras personas (si son niños, más todavía), la incluyo en esta entrada.
Cuando estuve en México, hace ya bastantes añitos, me impresionó la enorme desigualdad social que había, lo destartalado que estaba el país en general, las bolsas de pobreza extrema que podías encontrar una vez que cruzabas la línea que delimita el centro de las ciudades. Al volver ahora, me ha impresionado lo poco que ha cambiado desde entonces. Es cierto que se nota un mayor desarrollo económico cuando atraviesas las grandes avenidas (me refiero en este caso a México D.F., la capital), los altos edificios son como los de cualquier ciudad europea, japonesa o norteamericana, la iluminación es total, los hoteles de lujo y las empresas y bancos están instaladas en ellas "marcando paquete", nada parece diferente a lo que groseramente llamamos el primer mundo, pero una vez que traspasas la "fachada", lo aparente, entras en un mundo bien diferente: desorden, iluminación escasa, edificios maltrechos, aceras y calzadas llenas de baches y agujeros, tiendas que más parecen tenderetes... Eso lo señalo como reflejo de lo que el capitalismo más salvaje es capaz de hacer en los países donde la ciudadanía está más indefensa, donde los gobiernos son más corruptos, donde a pesar de los muchos recursos naturales que tienen apenas revierten los beneficiosa en la población, donde la educación y la cultura siguen siendo asignaturas pendientes desde el punto de vista de lo que un gobierno debería hacer.
Pero también México es otra cosa: dignidad de sus gentes, amabilidad extrema, dulzura, afectividad, alegría, empuje, pasión... La acogida que hemos recibido ha sido extraordinaria en todos los sentidos. Incluso podría decir que me daba un poco de pudor el protagonismo que nos han dado, el cómo se han volcado todos/as, sin excepción, para que nos sintiésemos como en nuestra casa, o quizá mejor que en casa. Nuestra editorial ha sido un poco la protagonista sobre la que ha girado casi todo, así como la exposición de cuadros de José Mayoral, que ha sido acogida con un enorme interés y le han propuesto un recorrido por otras ciudades mexicanas. La verdad es que se lo merecía porque la obra que ha llevado a mí me parece magnífica y ha vuelto con la moral más que alta frente a la indiferencia que le muestran aquí, en nuestro país.
Quizá, para mí, la gente que te atiende (no los amigos) en los hoteles, restaurantes y demás, se muestra demasiado servil. La repetitiva frase que te dicen después de darles las gracias de "Estoy para servirle" me agobia, quizá hasta me asusta. Probablemente sea una frase hecha con la que te quieren decir que mereces todo su respeto, que desean que estés bien, pero a mí, como europea, me suena como a una especie de "sometimiento" que me cuesta asimilar. Hay quien dice que en el fondo son muy falsos, que a los españoles nos desprecian por aquello de la conquista, pero yo tampoco creo que sea exactamente así, al menos de forma tan tajante. Es como cuando dicen que los catalanes nos desprecian; yo nunca he recibido ningún desplante en Catalunya, quizá todo lo contrario. Habrá de todo, supongo, como en botica.
Desde las instancias oficiales poca promoción de la cultura hay, salvo para los de siempre, pero sí hay una red subterránea de pequeños grupos que mantienen una interconexión muy interesante y que, sobre todo, no se rinden. Allí estábamos participando en actos alternativos a lo que es la FIL (Feria Internacional del Libro de Guadalajara), y por eso se llamaba La Otr@ FIL. En la oficial participaban escritores de renombre, las grandes editoriales, se negociaba sobre el mercado de la distribución y se calculaban los posibles beneficios. Nosotros buscábamos cómo abrir nuevas redes de participación, la creación de webs en las que cupiéramos todos, abrir espacios de todo tipo para que cualquier escritor pudiese darse a conocer. Y escuchamos muchos poemas, la mayoría de gran calidad. Se puede decir que nadie quedó fuera.
Y no me queda más remedio que cortar porque en el trabajo tenemos que cerrar todos los ordenadores por una cuestión técnica del servidor. Así que mañana continúo.
Cultura y poesía.

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