Bitácora de Isabel Huete

SOLIDARIDAD CON HAITÍ

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19 agosto 2008

Matar la nostalgia

Paseando yo por el cementerio de Alcañiz tras la cruz de la fosa común donde está enterrado mi abuelo Isaías, ejecutado por los republicanos. Foto hecha por mi hermana.

Como siempre que espero o voy en autobús, mis neuronas se ponen en marcha, y eso que no soy yo quien les pone gasolina. Transitan por mi cerebro a su bola, cual Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo. Y he aquí que hoy en su recorrer me han llevado a mis 15 o 16 años, cuando en mi trayecto matutino hacia clase tenía que hacer trasbordo de autobús en la Puerta del Sol, y en vez de hacerlo bajaba caminando por mi actual barrio, el llamado "de las Letras", hacia el Paseo del Prado persiguiendo una quimera. Es en mi barrio donde mejor se oye latir el corazón de Madrid. Entonces sólo oía latir el mío, tan inexperto y alocado.

Las quimeras se resisten a morir, como las cucarachas. Y la nostalgia de según qué cosas es otro insecto que pertenece a la misma familia. Y si acaban muriendo, lo hacen a escondidas, en su refugio, para dejarte con la duda de si las habrás matado realmente. Nunca sé si he matado una cucaracha a no ser que la vea morir ante mis propios ojos. Esa es la ejecución perfecta: la que evapora el asco y el miedo a la insignificancia. Las cucarachas también somos nosotros.

La peor nostalgia es esa que te lleva a añorar lo que nunca tuviste y, lo que es peor, lo que nunca existió. Pero se resiste a la derrota y bracea panza arriba sobre el agua de la taza del váter. Échale más agua y la verás resurgir desafiante de las profundidades. Sólo el tiempo, su paciencia frente a la tuya, la acaba sumergiendo en el abismo. Y en la mierda.

La única terapia, o quizá la mejor, es dejar pasar los años y con ellos aprender a ceñirte a la vida, a lo que de verdad importa.

Cuando me bajé del autobús, comprendí que de mis quimeras y mis nostalgias ya no queda ni el esqueleto. Las maté. Descansen en paz.

Terapia y poesía.

11 comentarios:

Silvia_D dijo...

La nostalgia es un deporte que procuro no practicar, es mejor dejarla descansar en paz y ventilar bien la casa de fantasmas.

Gracias por tu visita y huella.

Nos leemos, niña.
Un beso

Isabel Huete dijo...

Dianna, a mí es que estos deportes me agotan, aunque antes bien que los practicaba. ¡No pasan los años en balde! Jeje.
Gracias a ti.
Un besote.

jg riobò dijo...

A veces sin más las quimeras son deseos y estos realidad, por muy escondidas que parezcan.
La nostalgia es otra cosa, yo la hago presente continuamente y me nutre.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Piensa que las quimeras, en la mitología, tenían pinta de monstruos horribles. Son malas como animales de compañía, las muy puñeteras.
Qué hermoso texto. Besos.
(escríbeme a mi email, por favor)

Isabel Huete dijo...

Sí Javier, yo también pienso que las quimeras son deseos, pero no creo que estos, necesariamente, sean realidad, a veces son sueños. Se percibe claramente tu nostalgia en lo que muestras de ti. Si eres feliz en su compañía, pues no la dejes marchar, ¿pero eres feliz? (dentro de lo que se puede ser, claro).
Un besazo.

Isabel Huete dijo...

Pedro, yo es que al único animal de compañía que por ahora soporto es Fígaro, mi gato. A veces jugamos y otras nos peleamos, pero siempre nos necesitamos.
Rauda te escribo, tanto que ya lo he hecho :-))
Besitos.

Carlos LABARTA dijo...

Deseando matar las propias! Un saludo!

Isabel Huete dijo...

Gracias por tu visita, Carlos. Estás en tu casa.
Mátalas y bien matás estarán.
Un besazo.

Teresa dijo...

Un texto excelente.
Las cucarachas no me producen repugnancia, sino tristeza.

PILAR dijo...

La nostalgia,
la puta nostalgia.
La melancolía,
la puta melancolía.
No sé si lo peor, querida Isabel,
es la nostalgia de recordar aquello que era (y bonito y bueno además) y ya no es.
Porque verdaderamente nostalgiar (me gusta inventarme palabros) lo que nunca existió es como soñar invertidamente. Pero nostalgiar lo que ya no es y sí fue, y fue de verdad, es jodido de verdad.

Isabel Huete dijo...

Pilarica, te veo un pelín chunguilla...
Yo creo que nostalgiar, como tú dices, es malo si se abusa de ello. No sé por qué todos tendemos a pensar que los tiempos pasados fueron mejores, cuando lo que deberíamos hacer es disfrutar de los presentes, de lo que ahora tenemos. Y si lo que tenemos no nos gusta, quizá haya que plantearse cambiar las cosas, pero no zambullirse en el pasado como una forma de huír de la realidad.
No sé, yo es que intento extraerle a la vida todo lo que de positivo tiene y si no lo consigo, me peleo con ella y la mando a tomar viento hasta que consiga lo que quiero.
Un besazo.

FOTOLIA