Os diré que mi orgullo de teneros ahí como duendes escondidos detrás de la pantalla es inmenso; es como si os viera sentados en una platea esperando ver un gesto en mi cara o en mis palabras que denote que voy recuperando mi alegría innata, mi pasión por vivir. Y os imagino batiendo palmas cada vez que dibujo una sonrisa. Así de acompañada me hacéis sentir. Sois un amor de personas, lo juro.
Quiero contaros que no ya los días, sino las horas, van moldeando mi ánimo a mejor. No siempre es fácil porque después de los actos funerarios que tuvimos que hacer por duplicado (aquí en Tenerife donde ahora estoy de nuevo, y en Madrid, donde quiso que sus cenizas fueran enterradas junto a mi padre), estos días ha tocado resolver todos sus asuntos, que no eran pocos. Eso significa que resulta difícil abstraerse de todo lo que duele y la ausencia de mi madre se nota aún más, pero intento racionalizar los efectos de su pérdida sin reprimir los sentimientos que ésta provoca. El dejar fluir el dolor es muy sano siempre y cuando uno sepa, o intente, no dejar que éste paralice todo lo demás oscureciendo los muchos otros colores con los que la vida nos reconforta. Empiezo a ver a mi madre de nuevo en todo lo bello y eso me devuelve la sonrisa poco a poco. Si alguna vez, o más de una, fluye alguna lágrima es más de ternura que de dolor, porque ella era todo ternura y esa es una huella que no molesta sino que engrandece.
En muchas ocasiones hemos llorado de risa recordando "sus cosas" y lo hemos hecho a sabiendas de que ella hubiese sido la primera en desternillarse con nosotros. Era una gran maestra de la conversación y de la risa y por eso le hemos rendido homenaje riéndonos con su recuerdo. Hubo quienes no entendieron esa forma de rendirnos ante ella, pero nosotros, sus hijos, sabíamos muy bien lo que hacíamos y por qué lo hacíamos. Su fuerza era nuestra fuerza y seguirá siéndolo.
Mi vida retomará su normalidad cuando regrese a Madrid el próximo miércoles, así que no os preocupéis que "la Huete" tiene mucho que opinar, contar y reír a través de esta bitácora que tantas satisfacciones me está dando gracias a vosotros/as.
Mi madre era poesía... ¡y vosotros/as también!
12 comentarios:
GRACIAS Isabel...
un beso enorme guapa!!!!
Cada día tiene su afán. Ahora toca ocuparse de cosas materiales, reír y llorar. Y dejar pasar el tiempo, día a día.
Mil besos, Isabel.
Un beso muy grande, querida Isabel. Y mucho ánimo.
Más besos,
Diego
La risa es una señal estupenda, querida Isabel. Seguro que vuestra madre se reía tambien con vosotros. Buen viaje de vuelta a los Madriles y así volver a disfrutar de tus posts y tus agudos y certeros comentarios en los nuestros. Muchos, muchos besotes y abrazotes, M.
Aquí estoy para lo que desees.
Un beso.
La herida esta abierta,
hay que vivir con ella
Creo que es bueno que nunca cierre
porque significará que fue importante...
Te esperamos
Cohete
Te mando toda la energía positiva desde Barcelona. Muchos ánimos.
Un beso muy fuerte!
Si es tristeza, que sea tristeza...
Si es dolor, que sea dolor...
Si es nostalgia, que sea nostalgia...
Si es risa, riámonos...
Si es recuerdo, recordemos...
Dejar fluir los sentimientos sin represión...
Sobre todo la tristeza, por qué siempre hay que estar bien... Será porque se supone que vivimos en la sociedad del bienestar?
Recibe un beso cariño y aprovecha tu estancia en Tenerife, hace un frío que congela el corazón.
Un beso, corazón
Y aquí estaremos todos esperándote Isabel, el tiempo es algodón con yodo, tómate el que necesites, que aquí estaremos con los brazos bien abiertos.
Un besazo
Marian
Te echo de menos... en mi puzzle faltan tus letras, tu mirada, tu sonrisa, tu esencia, me faltas toda tú.
Te quiero, guapa, te espero :))
Miles de besos
Te disparo miles de besos al centro de tu corazón, pequeña.
aupa ahi!
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