No importa si nieva en el corazón, lo importante es que mantengamos el calor de la sangre y que ésta fluya sin descanso.
No importa el color de la nieve sino la belleza y perfección de sus cristales de agua.
No importa cómo captura la imagen el objetivo de una cámara sino lo que sentimos al posar nuestra mirada sobre ella.
Dedicado a mi buen amigo Pedro Ojeda Escudero.
NOTA: Todas las fotografías fueron tomadas desde el autobús salvo las de las calles Conde de Peñalver y Ortega y Gasset y las de la Pl. de Olavide.
Nieve y poesía.
14 comentarios:
Qué preciosidad de fotos, Isabel.
Y qué texto tan bonito. Buena forma de arrancar el día. Que el tuyo sea bueno también.
Debio ser una maravilla y un privilegio ver un Madrid así
pasearlo así...
Gracias por la dedicatoria, Isabel. A mí, la nieve de estos días, me ha traído muros grises sin horizontes.
La belleza de estas fotos me reconcilia con ella.
Besos.
La nieve siempre otorga un alo de misterio a las calles, los árboles que parecen más sabios, el mobiliario urbano... en fin, parece como si una ciudad entera estuviera suspendida...
Besísimos!!!
Hola Isabel,
Las fotos son preciosas de verdad, me ha sorprendido que sean de Madrid!... diosmio que frio!
Estaba leyendo tu entrada sobre Gaza en "el espejo de los sueños" y me ha entrado la curiosidad de leer tu blog....
Saludos
Texiee
Que hermosas fotografías; me congelo del frío de solo verlas...
Si lo que cuenta la historia es cierta, que bien nos haría en Venezuela una pequeña nevada :(
un abrazo fuerte fuerte...para darte un poquito de calor
Preciosas fotos. Las tanqueta helada, la comisaria gélida.
Vaya envidia Pedro.
Besos.
Nieva y la calle se llena de fotógrafos.
¡Bellísimas fotos, Isabel! pero como dice Riobó, nieva y la calle se llena de fotógrafos (me ha hecho mucha gracia su comentario). Besotes, M.
Pedro, debe estar halagado, son preciosas tus fotos, cariño y más mérito desde el autobús. Parece un Madrid encantado.
Besos, besos, besos
Demonios! no sabia que habías estado en Perugia!. Sabía que habias pisado estas tierras y te habían enamorado tanto como a mi, pero desconocía que hubieras estado también en Perugia.
¡Ahora la respiro mejor!
Con ganas me quedo de posar mi trasero en el banco inmaculado...
pureza
¡Qué bonita es la nieve!
A mí me provoca serenidad, dulzura y quietud, a pesar del caos que debió ser en Madrid.
Cuando nieva en Burgos...eso sí que es nevar.
Me gustan tus fotos, me siento más cerca de ti.
Un beso, corazón.
Son unas fotos preciosas. Algunas veces envidio los lugares en que nieva.
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