Estaba yo ayer sentada en el escalón del escaparate de un Banco esperando el autobús de la línea 3, que es un horror por lo que tarda, cuando se me ocurrió pensar mientras miraba hacia la Carrera de San Jerónimo, donde destaca la bella y labrada puerta del edificio de otro Banco, que estas entidades (¿o entes?, con perdón de mi querido Ente) se han incrustado en nuestra vida como las sanguijuelas lo hacen en nuestro cuerpo al meternos en aguas estancadas: atacan, nos perforan la piel y chupan nuestra sangre para poder ellas sobrevivir. ¡Y vaya si sobreviven!
No creo que haya algún ciudadano/a de nuestro país, y de muchos otros, que no tenga un crédito con algún Banco o no haya comprado a crédito en alguna empresa o comercio que, a su vez, tienen acuerdos con los Bancos para poder ofrecer el servicio de la venta a plazos, como por ejemplo yo o cualquiera de las personas que conozco. La cuestión es que consumimos más de lo que nos podemos permitir y ante la imposibilidad de pagar a tocateja nos endeudamos hasta el último pelo de nuestra poco aprovechada cabecita. No digamos ya los que se aventuran a comprarse un pisito y les sacan el higadillo en intereses porque la todopoderosa Banca nunca permitirá rebajarlos al mínimo por mucho que el Banco Central Europeo los recorte hasta dejarlos por los suelos. Los anuncios de rebajas nunca encajan en la muy aprovechada mente de los banqueros.
No creo que haya ningún comercio o servicio en nuestro país, y ni en muchos otros, que no tenga un crédito con algún Banco o no haya comprado a crédito con alguno de sus proveedores mayoristas que, a su vez, tienen acuerdos con los Bancos para poder ofrecer el servicio de venta a plazos, como por ejemplo Juteco, Visión Lab, Marcos Aldany o la zapatería de la esquina. Su motivo no es consumir ellos sino que consumamos nosotros, así que se endeudan para poder vender y suben y suben los precios a medida que los Bancos les cobran más comisiones en las compras con tarjeta y les aprietan sus partes más sensibles. No digamos ya los que además de verse obligados a vender todos sus stocks, o casi, seduciéndonos a los consumidores con las músicas más horteras del momento que podamos imaginar, tienen que pasar mensualmente el alquiler, el traspaso o la compra del local que, por supuesto, también han comprado a crédito con los correspondientes intereses que te caguis.
No creo que haya ningún proveedor mayorista en nuestro país, y en muchos otros, que no tenga un crédito con algún Banco o no haya comprado a crédito a las empresas productoras que, a su vez, tienen acuerdos con los Bancos para poder ofrecer el servicio de venta a plazos, como por ejemplo, Farmaindustria, MediaMark (yo no soy tonta) o cualquier cadena de ropa, ferretería, joyería o de productos de limpieza. Y no digamos ya los que además de tener que colocar sus productos de marcas variadas tienen que almacenarlos en una nave, que por supuesto han comprado con un crédito o han alquilado a una inmobiliaria o empresa dedicada a construir este tipo de edificios en polígonos industriales pagando precios desmedidos.
No creo que haya ninguna empresa productora en nuestro país, y en muchos otros, que no tenga un crédito con algún Banco o no haya comprado a crédito las materias primas en España o en el extranjero que, su vez, tienen acuerdos con los Bancos para poder ofrecer el servicio de venta a plazos, como por ejemplo Zara, La Cocinera, Orlando, Famosa o Seat. Y no digamos ya el coste que les supone el pago y mantenimiento de los edificios de esas grandes fábricas que, por supuesto pagan con otros créditos, a veces hasta las nóminas de sus trabajadores/as cuando las cosas no vienen bien dadas. Y, encima, en el caso de los productos agrícolas, ganaderos y pesqueros, pagan una miseria por ellos; sectores que a su vez, para sobrevivir y seguir produciendo u obteniendo materias primas, tienen que sustentarse mediante créditos bancarios para mantener las explotaciones o los barcos.
No creo que haya ningún Banco en nuestro país, y en muchos otros, que no tenga un crédito con otro Banco... Y es que, oiga, se prestan dinero entre ellos, se supone que porque para seguir apoderándose de empresas de otros sectores, para sacar tajada por supuesto, necesitan liquidez y eso a pesar del expolio al que tienen sometidos a particulares, comercios, mayoristas y empresas productoras con los intereses y comisiones que les cobran por los créditos contratados. Y encima se permiten el lujo de pasar por nuestras narices el aumento de beneficios cada año respecto al año anterior. Para colmo, ante la posible pérdida de un porcentaje que en ningún caso les llevaría a la ruina debido a los impagos como consecuencia de la crisis actual, se llenan los bolsillos con el dinero que graciosamente les ha dado el Estado, cuyos fondos provienen de nuestros impuestos, para que no se enfaden y no corten el grifo, cosa que se han pasado por la entrepierna y están arruinando a todos aquellos/as cuya subsistencia depende de ellos. Y es que, claro, el Estado también es deudor de los Bancos y ya sabemos lo que pasaría si también a éste le cortaran el crédito... No creo que necesite nombrar a estos "próceres del desarrollo".
Cada cual que saque las conclusiones que quiera, pero mi ecuación es clara:
Puta realidad y poesía.
13 comentarios:
Amiga Isabel, no sé que más puedo añadir, puesto que lo has dejado todo muy pero que muy clarito. Totalmente de acuerdo contigo. Los bancos son como una Tenia, esto es: cuanto más consumes tù, más engordan ellos. Muy buena tu reflexión, enhorabuena. Mil besitos!!!
Encantada de leerte, hoy es la primera vez y te felicito, y te entiendo y lo comparto, todo. Sabes? nuestro granito de arena hará una gran montaña cuando dejemos d comprar o, al estilo de Enric Duran, aceptemos la invitación promocional de estos reyes del mambo y nos retiremos a medio baile porque no estamos a su altura, en cuanto a baile, claro.
Cuando me hierve algo por dentro, como pasa con la política global, la madrina de la banca, me cuesta parir cosas como esta pero nacer, acaban naciendo...
http://lavidaesuenyo.blogspot.com/2009/04/sin-papeles-y-empapelados.html
Dime que te parece, artista.
Salud!
¡Qué ofertas para los adinerados y qué precios para los hipotecados!
La especulación fomentará la especulación. Sólo los ricos podrán comprarse casas como en el Monopoly, y a ver quién es el guapo que pasa luego por su calle...
"Que te caguis"...
¡Nos tienen acogotados! Son unos ladrones. Besotes, M.
Isabelota, tienes muchi pero que muchi razona. Personalmente los evito en la medida que puedo, no voy a decir que no los use, pero lo mínimo imprescindible.
Hace unos 25 años solicité un crédito personal de un millón de pelas de los de antes, que sólo me concedió una Caja Cooperativa ya que entonces servidora no tenía nómina, requisito sine qua non. Desde entonces no he vuelto a hacerlo. Me dolían las 30.000 ptas mensuales posteriores como un puñalito.
¿Que tengo la suerte/desgracia de tener ingresos irregulares? Pues sí, pero mira: hay muchos muchos colegas que no guardan para cuando no hay. Y no me tomo por modelo de nada.
En fin, c´est la vie.
Besis y Madrid en agosto es la bimba, sí, no hay quien curre. En los pueblos se lleva bien.
Que bien expresas el sentir de mucha gente en este articulo, Isabel, completado con una imagen que da sensación de lo que hacen los bancos con nosotros, parece un agujero sin fondo que nos succiona como si fuéramos esa agua que rebosa, magistral.
Un besazo como dices tú.
Pd. ¡Gracias por tus palabras en mi blog!, me alegra que te gustara mi dedicatoria, casi me sacas los colores con esas bonitas palabras.
Un abrazo.
Nuestro mundo es ése; como una serpiente insaciable.
Pero no es cierto que todos tengamos esos apetitos, esas alas del consumo, ni mucho menos.
Aún hay gente, quien te escribe, que no tiene crédito ni hipoteca con ningún banco, que no gasta más de lo que tiene. No sé, yo siempre lo he tenido claro... igual es herencia materna; porque, por otro lado, la gente se hipoteca, endeuda, enreda, por motivos menos esenciales que una casa...
De cualquier modo, observo que vivimos en un mundo tremendamente absurda y corrupta. En el sentido de que te permite tener... no, que te mete por los ojos y demás orificios, los accesorios de una vida que no podrás tener. Mira el mercado de las imitaciones... es horrendo, porque, bueno, habla de esas ganas tremendas de la peña de aparentar, de decir yo la tengo más grande ;)
Mira, recuerdo un capítulo de "mujeres desesperadas". El personaje de Eva Longoria, que en su juventud fue modelo, se está poniendo todas sus joyas sobre un traje carísimo, y le explica a la hija: "verás, los adultos educados no se insultan ni se pegan; lo que hacemos es ponernos nuestras mejores ropas y joyas y hacemos que el otro se sienta miserable" :)
Besos de las últimas camisas que nos compramos costaron 3 euros cada una XD XD
Además, los bancos no tienen nada de aliento poético, pero nada.
Sí que está clarito, y compartible hasta la mismísima última letrita. Incluída las letritas de esos bancos, jeje. Vivimos fichados, hipotecados, pillados. No hay remedio. ¿O lo hay? Hay que entender que son el templo de la maquinaria por la que funciona el mundo, o malfunciona... Besitos, isabel.
Benditas pero malditas las deidades bancarias que nos oprimen y cultivan nuestra avaricia...
cachis joer menudo agostos que te marcas
saludos moza
Claro querida mía, como digo en mi blog: .... y los bancos, bancos son...
Miles de cientos de miles de achuchones.
AMEN.
Creo que no hace falta añadir más.
Beso grande, guapa
Y como Dios, los bancos se han dado a la creación, aunque a otro tipo de creaciones: y puso Dios-Banco a Adán y a Eva en un paraíso hipotecado.
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