Bitácora de Isabel Huete

SOLIDARIDAD CON HAITÍ

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12 junio 2007

Hay cielo y cielos

Esto es un cielo increible y hermoso, poético, lleno de matices y del que se espera algo: truenos, lluvia, o quizá el simple paso a otro cielo.
Se me hace tarde, me voy a comer. Luego seguiré con este cielo u otros cielos.
Pues este mi cielo lo fotografié una tarde de primavera de hace tres años en La Mancha, en Tembleque, desde el corral de la casa de Jose, de Jochete, de Mayoral, de Mayo, o de García Smith. Yo estaba trabajando uno de mis libros-objeto en el patio interior cuando empecé a notar un cambio de luz que me llamó la atención porque se había vuelto amarillenta. Tuve una sensación extraña, como de otro mundo cósmico, y me vino a la mente de forma espontánea el título de un libro de Julio Llamazares: La lluvia amarilla. No es que el libro tenga nada que ver con el cielo y las formas o las luces que adopta, pero sí con una especie de retrato en sepia de la melancolía que produce la desaparición de los seres queridos y el recuerdo de su presencia en los rincones de un pueblo abandonado. Es un relato de tristeza y abandono. Y quizá sea eso lo que sentí al volverse amarillos todos los colores que habitaban a mi alrededor: la pérdida de su presencia. Sin embargo la nueva luz convirtió ese pequeño mundo en un lugar mágico, de cuento al calor de la chimenea. La belleza en estado puro, la que surge de la esencia de las cosas y de las personas, sin artificio, me extasía. Y este es un ejemplo.
Pero hay otros cielos, y yo tengo algunos, que me extasían también: mis amigos/as, esas personas a las que quiero y de las que siempre estoy aprendiendo. Unas veces recordándolas porque ya se han ido (esta hijaputa de vida fue implacable con ellos, tan jóvenes todavía) y otras conversando con las que no se dejan llevar. La amistad es un chute de vida, y creo que sin ese cuelgue permanente la existencia sería mucho más anodina y menos llevadera. La amistad es complicidad, entre otras cosas, por eso creo que hay que delinquir constantemente con y para los amigos, subvertir las normas e imposiciones, exiliarse de todo eso que llaman "lo políticamente correcto". La amistad debiera ser anarquía pura, y besos, muchos besos.
Pues eso: amistad y poesía.

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FOTOLIA