Bitácora de Isabel Huete

SOLIDARIDAD CON HAITÍ

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17 julio 2009

Mi mami, mi mar

(Fotografía obtenida de Internet)

Las noches en el campo son oscuras como cavernas sin salida, silenciosas como los pasos del lince y transparentes como las alas de las libélulas, y yo escribo acompañada de esa oscuridad, silencio y transparencia sintiéndome una pequeña espiga enmedio de la nada acompañada por millones de estrellas. Pequeña, muy pequeña y frágil. Y es que me faltan los azules del mar, el grito de las gaviotas y la brisa que desenmaraña las turbulencias del sentir.

Este año he faltado a mi cita con el rizo de las olas; con ese dejar mis huellas, cada vez más profundas, en la arena; con dar libertad a mi mirada para esperar la llegada de Neptuno y dejarme secuestrar para llevarme a las profundidades de lo desconocido. El mar, la mar, siempre ha sido para mí un lugar de refugio y de pesadillas. De refugio huyendo de los abrazos traicioneros de la gran ciudad y de pesadillas porque por las noches se adueña de mis sueños y se vuelve siempre amenazadora y terrible. Nunca un amante fue tan desconsiderado conmigo.


Mi madre se fue y con ella se llevó la mar cosida a sus entrañas, supongo que para seguir disfrutándola en su otra dimensión, o quizá para no perder los recuerdos de tanto placer compartido y que con tanta ansia esperábamos al llegar la primavera. Hoy, hace un año, iniciamos el último viaje hacia la costa granadina, hacia ese trocito de playa que nos hacía tan felices. Ya no hay atardeceres viendo la puesta de sol desde la terraza, oyendo a lo lejos las voces de los bañistas que aprovechaban hasta el último momento, ni luna reflejándose en el mar, a la que esperábamos hasta altas horas de la noche para poder contemplarla en todo su esplendor.

Este año se me ha ido el tiempo interminable que pasaba sentada en la orilla recogiendo piedrecitas de colores para luego guardarlas en jarrones de cristal, con agua para que no se les vaya el color. Ahí las conservo, como las cenizas de un tiempo que ha muerto. Se me ha ido la imagen de mi madre en la terraza, tumbada en la hamaca leyendo el periódico, dejándose besar por la brisa. Se me ha ido.


Esta noche soy rehén de mis recuerdos y el aroma del mar se me ha clavado como una estaca en el cerebro, y su música en el corazón.


Mami, mar y poesía.

16 comentarios:

Merche Pallarés dijo...

Bello relato, querida Isa. Si quieres te das un garbeo por Ibiza para ver tu querido mar. Muchos besotes veraniegos, M.

angelyyo dijo...

Bellas palabras de nostalgias y recuerdos, ¿Cualquier tiempo pasado fue mejor? NO. ¿Cualquier tiempo presente es mejor? SI.¿Cualquier tiempo futuro........?. Hay que irse de vez en cuando a la mar, a la montaña o a donde uno este a gusto y vivir el presente sin olvidar el pasado, buscando ese refugio que dices, sin agobiarnos por el futuro.

Un abrazo.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Habrá otros mares y serán tuyos. MIl besos, Isabel.

Marian Raméntol dijo...

Ni te imaginas como me llega ese mar, Isabel, y esa imagen ida, tan paralela a la mía, a mi madre y a mi mar, justo ayer hizo un año, un año que se fue con el mar en los pulmones.

Mil besos guapa.

MArian

Dnc dijo...

Jo, no sé qué decir, lo de "se llevó la mar cosida a sus entrañas" es tan triste y lindo a la vez... Uffff, pero venga niña, toma nota de lo que te dice Pedro, vale?!!

Un beso grannnnnnnnnde-grannnnde y mira al frente, al horizonte, que con este sol de justicia... lo mismo hasta ves un espejismo.
(Y echa una primi, leches... por si acaso...)

Adu dijo...

Reina de los mares: es hermoso que el mar te recuerde a tu madre.
Yo voy una vez cada mes y medio, de media, y vuelvo competamente recargada.
Besis.

fotosbrujas dijo...

Hola guapa, quepena no poder estar en el encuentro, es lo que me ha jodido de estas laxas vacaciones que me han vomitado de nuevo al mundanal ruido, supongoque habrña mas dias y podremos conocernos, me alegro q te gustara...

mojadopapel dijo...

Recordar es seguir disfrutando de lo que se fue,aunque duela, es necesario y reconfortante...a veces hay que mirar atras para seguir adelante.Besos guapa.

l_blue dijo...

Que bella descripción de sensaciones como un mar, inabarcables. Cuanta nostalgia, para mí el mar, aunque cerca, lo echo de menos. Estoy contenta porque los pinos crecieron y ahora cuando se levanta el viento,su rumor parece el de las olas. El Delta te espera. Un abrazo.

Unknown dijo...

Bellas palabras teñidas de afectos y nostalgia. Coincido con Pedro. Habrá otras playas sólo tuyas aunque los recuerdos que al principio duelen tanto después son como un bálsamo para el dolor que provoca la ausencia de un ser querido.
Besos y abrazos.

Anónimo dijo...

Buenas tardes, Isabel Huete:

Tu escrito me ha traido una música y una canción que suelo escuchar con frecuencia, a veces sin aparato reproductor, simplemente como contenida de vuelta en el aire.
...Sueño con el mar
escucho su rumor
aquella caracola
colgada de tu cuello me guarda la promesa
que tu luz me envolverá.
Aquella caracola
sueña con el mar...

Saludos. Gelu

SILVIA dijo...

Hola Isabel, hasta ti llego desde el blog de Marina ( en el umbral de la noche ). Bello, muy bello relato, y tierno, y lleno de nostalgia. Me ha emocionado. Seran tus palabras quizas mezcladas con mi propia nostalgia. Hermoso, de verdad. Mil besitos!!!

Teresa dijo...

¡ya ha pasado un año de ese viaje!... recuerdo las construcciones que fotografiaste con las piedras recolectadas...

una espiga mecida por la brisa marina... y una madre que se dejaba besar..

Este relato destila sensibilidad...

Javiera A Vega Gutiérrez dijo...

Creo que todos dejamos, una vez que nos marchamos de este mundo, un recuerdo que perdura para siempre, tu madre te lo dejo en el mar y cada vez que mires o evoques eso ella estara en tu corazon.

saludos y gracias por tu relato sentido.

Isabel Huete dijo...

Cómo sois... ¡Las lagrimitas se me saltaron al leeros!
Vosotras/os, mis queridas/os amigas/os blogueros (ya no pongo más barras, que es un coñazo) me traéis también aromas y azules de mar con vuestra compañía y cariño.
Os quiero, ¡QUE LO SEPÁIS!
Miles de besos grndes, grandes, grandes.

Marina dijo...

Hola corazón. ¿Me dejas que contraste tu mar con mis montañas?, Altas, profundas, se meten en el alma y te rondan por la noche... bajito para no molestar, luego por la mañana se encumbran y voltean para animar tu espíritu y proteger tu sol.
Mis montañas, queridas y hermosas, a las que ya no subo, las que siempre me acompañan, las que me causan claustrofobia cuando desaparecen. Llenas de ríos, de nieve, de reflejos de sol, de encuentros fortuitos o no, de blues, de cine, de conciertos... de mares. Si, tb de mares que se saludan desde lejos y se rconocen y se admiran y se aman....

Tu mar y mi montaña, ¡qué buena pareja!

Para tí, tu mami, mi papi, tu mar y mi montaña.
Besos mi niña.

FOTOLIA