Bitácora de Isabel Huete
18 junio 2008
La vida misma
Queridos todos, amigos/as y visitantes, creo que voy a cerrar este blog... ¿La razón? Pues que mi hermana Carmen lo ha descubierto a pesar de haber tenido buen cuidado de mantenerlo alejado de intromisiones familiares. Es una cuestión que sólo tiene que ver con mi independencia, con la reserva que siempre me ha gustado tener sobre determinadas cosas, con mostrar sólo aquello que yo he querido que fuera visible ante mi familia, entre otras razones porque la mala leche que tenemos todos es directamente proporcional a la indiscreción que se practica, donde yo, respecto a esto último y sin querer ir de nada, no me incluyo. Es casi imposible mantener una conversación con cualquiera de mis hermanos sobre asuntos familiares sin que sea voceado a los cuatro vientos, conversaciones que, por otro lado, casi siempre tienen que ver con el interés y la preocupación que nos pueden suscitar los problemas de los demás, cuando los tienen. Pasaba igual con mis tías, las hermanas de mi padre, y eso me lleva a pensar que debe ser algún gen que los Huete tenemos averiado, entre otros muchos, en nuestro código genético.
Ya no puedo sentirme libre de escribir lo que quiera si cada vez que desee opinar sobre mis relaciones familiares, hablar sobre cómo las vivo yo (que es una visión tan respetable como la de cualquier otro), a continuación cualquiera de mis hermanos exige el derechos a réplica como ha hecho ahora Carmen, mediante un comentario, respecto a la última entrada que hice hablando de la bronca telefónica que habíamos tenido. Por supuesto le he publicado el comentario y le he respondido escuetamente, porque lo último que quisiera es que este blog se convierta en un "que si tú dijiste" o "que si yo no he dicho eso". Vamos, que me niego a que esta casa sea un patio de vecindad arrabalero. Como ejemplo, lo primero que ha hecho es llamar a otra de mis hermanas para contárselo y para decirle que a su vez me llamara para decirme que, como consideraba que tenía derecho a replicarme, le publicara su comentario. Como diría ZP, esto es una "absurdidad". ¡Claro que se lo hubiese publicado aunque no hubiese recurrido a Radio Macuto! Otra cosa es que comparta su versión de lo que ocurrió... Pero no voy a entrar en ello.
Éste siempre ha sido para mí un espacio de privacidad salvo para quienes yo he querido que fuera público, entre los que estáis vosotros, personas a las que he cogido un enorme cariño y me generáis confianza. No me importa descubrirme ante vosotros/as, me encanta que entréis y me comentéis; siempre he dicho que esta es vuestra casa y que la puerta está siempre abierta. Y yo he querido volcar aquí mis inquietudes, deseos, preocupaciones, sentimientos, cabreos y demás neuras, a sabiendas de que no iba a ser juzgada, ni siquiera interpretada. Creo que el respeto entre nosotros es total y es eso quizá lo que más me ha enganchado y lo que más me ha animado a escribir, sin cortapisas, volcando mi razón y mi corazón en cada entrada, no con mi verdad como si fuese la única, porque verdades hay tantas como seres humanos, sino con la mirada que yo he puesto desde mi particular esquina. Y me siento orgullosa de ello.
Quisiera pensármelo un poco más antes de tomar una decisión definitiva y estoy barajando cuatro opciones:
1. Cerrar este blog e iniciar otro donde mi nombre no aparezca, lo cual os comunicaría para que cambiarais el link.
2. Restringir las visitas en éste (tendríais que hacer un paso más al visitarme), pero eso impediría nuevos visitantes y a mí me gusta que gente nueva me visite y me comente, así como conocer yo sus blogs, que la inmensa mayoría son la mar de interesantes.
3. Pasar de mi hermana y seguir con éste a pesar de los dolores de cabeza que me pueda acarrear. ¡Con dos ovarios!
4. Seguir con éste siendo más "aséptica" en mis entradas, siendo más impersonal.
No sé, todas las opciones tienen su parte buena y su parte mala. Si vosotros/as estuvierais en mi lugar, ¿qué haríais?
Necesito escucharos.
Dudas y poesía.
Publicado por Isabel Huete en 18:26
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5 comentarios:
Me mudaría a uno nuevo bajo seudónimo.
Sentiría en el alma que cerraras el blog.
Pero es que también esta es la parte más privada de nosotros mismos, donde residen nuestros fantasmas y no caben los fantasmones.
Digo yo que en tu casa, como en tu cuerpo, penetrará quién tú quieras.
Comprendo lo que planteas, porque yo mismo me lo pensé al abrir el blog. Ahora bien, esta es la casa de uno y uno hace que lo quiere en ella.
Yo, sin duda alguna, en tu caso, optaría por una mezcla entre la 3 y la 4. Sin duda alguna.
Hagas lo que hagas, te queremos.
Saludos.
Mal asunto este.
1. Si mudas el blog, y tu hermana es inteligente, lo encontrará con solo hacer una búsqueda en Google por su nombre o algunas palabras claves que suelas usar.
2. Esto evitaría la visita de muchos de los que pasen por aquí. En internet la ley del mínimo esfuerzo está a la orden del día.
3. Puedes pasar de tu hermana pero tampoco me parece justo que hables de ella y no le des derecho a réplica.
4. La autocensura no es buena idea en un blog como el tuyo.
Así que no sé que decirte. Puedes pasar de tu hermana, al fin y al cabo, aunque sea público, es tu diario y tú decides sobre lo que contiene y quién quieres que participe o no.
O puedes evitar comentarios demasiado personales. Al fin y al cabo, y desde mi punto de vista personal, tus intrigas familiares no son lo más interesante ni lo más divertido de tu blog. Me gusta más cuando escribes sobre lo divino y lo humano, cuando das tu punto de vista sobre cosas genéricas que a todos nos pueden preocupar más allá de movidas familiares que todos tenemos y que siempre, a menos según yo lo veo, debieran quedar en la esfera de lo más privado.
Son solo consejitos de amigo. Sea lo que sea que decidas estará bien.
Otro abrazo.
Gracias, corazón, por el consejo. Ya ves que sin haber hablado, al final la decisión que he tomado es dejar de lado los temas familiares, al menos los que me suponen una crítica a mis hermanas. Los que sean para decir cosas buenas, seguiré escribiendo sobre ellos. Aunque me suponga cierta pérdida de libertad de expresión. Ya todo acabó y vuelvo por mis fueros... Un besazo grande.
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