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Bitácora de Isabel Huete
04 septiembre 2008
La dignidad no es un capricho
Me he permitido copiar el título y esta imagen de Eneko del blog de Diego Fernández Magdaleno, porque me ha parecido que expresan tanto que no es necesario escribir nada más. Me sumo con ello al post de hoy de Pedro Ojeda cuyas palabras, como siempre, son un acierto.
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Memoria, dignidad y poesía.
Publicado por Isabel Huete en 13:16
Etiquetas: Diego Fernández Magdaleno, Eneko, Memoria histórica, Pedro Ojeda
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8 comentarios:
Leí a noche a Pedro, es tan patético algunos de los comentarios que leí en los enlaces...
Creo que tarde o temprano hay que hacer justicia, duela o huela.
Besosssssss
Enhorabuena!
Os meus respeitos pelo carácter que demonstra !
Emocionou-me o seu comentário no espaço do meu caríssimo amigo Pedro Escudero.
Bem-haja!
Sí la verdad es que no hay que añadir nada mas... Besotes, M.
Gracias. Besos.
Los deudores de los ganadores no tienen sentimientos.
DIANNA, es que no todo el mundo lo entiende, como tantas otras cosas. Hay gente a la que levantar las alfombras para quitar la mierda les supone un sacrificio ímprobo. Prefieren no enterarse de lo que hay debajo.
Besos, cielo.
SAO, bienvenido a mi casa, tu casa. Y mil gracias por tu comentario. Hay veces que, ante determinadas cosas, no se pueden utilizar sólo medias palabras, y esta es una de ellas.
Un beso muy grande.
MERCHE, gracias a ti también. Hay silencios que, si se mantienen demasiado tiempo, acaban pudriendo hasta el aire que respiramos, aunque desgraciadamente hay gente que parecen disfrutar respirándolo.
Besazos, amiga.
PEDRO, las gracias las tiene usted.
:-)))
Besucos.
JAVIER, ¡casi me bloqueas el blog!. Jajaja. No sabes lo que me alegro de volver a tenerte en casa.
Te digo lo mismo que a Merche.
Un besucón enorme.
Todos tienen razón en su parte de verdad. Sin quitártela a ti, ni a Pedro, ni al Juez Garzón, ni el derecho a un entierro justo me gustaría que fuera de otra forma.
Hay que buscar la unión sino volveremos a lo de antes, sino al tiempo. Y no soy una idealista.
Y créeme Isabel que tengo el mismo color que tú por las venas
La guerra y la inmundicia son malas para todos.
Bipo, cariño, si no creo que hay nadie que no quiera olvidar toda esta mierda de las guerras y de sus "efectos colaterales" (qué horrible pero acertada es esa expresión), pero las heridas sólo se pueden cerrar cuando todo el mundo considere que se ha hecho justicia, que a todos se les trata igual y todos recuperan su dignidad. Nadie reclama nada que no se le haya arrebatado, y cuando se trata de tus padres, hermanos, etc. el recuerdo pervive a pesar del tiempo y mientras esa herida no cicatrice y siga supurando,la enfermedad seguirá enquistada. Nadie quiere volver a lo de antes,
Un besazo, rojilla. :-)))
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