Me voy a la cama con complejo de culpa porque he permitido que "se cayera" el nido de avispas. Estaban criando y al ser de noche dormían sobre las celdas ya cubiertas, ése es el mejor momento para derribarlas porque por la noche se quedan atontadas y no vuelan, pero no las he aplastado con ningún ladrillo. Eso sólo lo hacen las niñas rencorosas y yo sólo soy una mujer a la que le dan más miedo las avispas que los elefantes. Las he observado tanto estos días que me da una pena horrible. Ya vendrán otras a poner sus nidos pero no creo que monten ninguno en un sitio con la vista privilegiada que tenía éste y al que me pueda acercar para observarlo con tanta libertad.
Las peores avispas no son las de verdad.
Culpa y poesía.
15 comentarios:
Si te sirve de consuelo: a mi, tambien se me habria caido el dichoso nido. Y coincido contigo, las peores avispas, son aquellas que no tienen aguijon como tal. Descansa, y ten muy felices sueños. Mil besitos!!!
El mes pasado estrujé un avispero -chiquito- con un montón de servilletas de papel. Pensé que estaba vacío, claro, que yo valentía tengo la justa pa levantarme de la cama... y resulta que las servis empezaron a teñirse de un rojo-asesinato bañera de psicosisss.... ufff! pero esto es supervivencia, niña, pura y dura!
Un besito, dulzona, que luego me llamas a mí caramelito... pues anda que tú! -mira que sufrir por esos bichitos demoníacos!-
¡¡Yo!! lo siento, pero ´tu has preguntado. Yo puedo matar una avispa y dos y hasta cinco, si me han picado y se me han metido dentro de la bota bien abrochada y apretada con un aparato, dentro del calcetín sin misericordia y me han picado mi piececito de niña de 6 años. Te aseguro que no daban crédito cuando me descalzaron y salieron. Las matamos a todas, una detrás de otra, mientras yo miraba como mi hermana me decía que ni una lágrima embadurnándome todo el pie con el barro que hasta entonces había servido para hacer "flanes".
¡Cómo la vida misma!
Un beso reguapa y que te sea leve pared, alicatado y prncesas de cuentos.
Chica, casi se me han saltado las lágrimas... Besotes, M.
Pues vale, nena, pero de nada sirve tener complejos de culpa. Hay que mirar hacia delante con el firme propósito de no destruir más nidos.
Besos días a todis.
al escribirlo lo has convertido en historia, esa es la maravilla de la escritura.
un beso
Mónica
p.d.: ¡me aterran las avispas!, jaja
Ay, Maribel, Maribel, eres la sensibilidad hecha persona, je. Besitos
Estoy un rato pensando en el comentario que te quería hacer y me he quedado de piedra con la noticia, ya han vuelto y no son aguijones de avispa, muchos comentarios de los que se han hecho en tu blog lo repetíamos y mira por donde saltan los peores aguijones que hay en este país, que no son precisamente de avispas.
Esperemos que mas pronto que tarde se nos caigan esos avisperos que están tan bien cogidos en algunas cornisas y no tengamos dudas de estrujarlos siempre con el peso de la ley por delante.
Un abrazo, aunque con mucha pena por lo sucedido en Mallorca.
Muy bien hilado y traído, Angelyyo!!! Ole tú!
Me reconozco un ser duro de corazón, en lo que a las avispas se refiere, mi especialidad es acabar con los avisperos, vaciando sobre ellos un spray mata moscas por la noche, y lo peor es que no siento remordimientos, aunque les deseo mejor suerte en su próxima reencarnación, que tampoco soy un monstruo.
De todos modos aunque solo sea por simpatía te acompaño en el sentimiento, espero que no suene muy cínico jaja
Yo no sería capaz ni de matar a una mosca... jejejeje no se lo cuentes a nadie Isabel!!!
besosss hermosa
Sasha, qué alegría verte de nuevo por mi casa!!
Yo utilizo el mismo sistema de exterminio y, hasta ahora, no había tenido ningún remordimiento pero este nido era algo especial porque me podía acercar a él sin problema protegida por el cristal y podía observar lo que hacían las avispas. Además se veían algunas celdas tapadas para que se fueran formando las crías. Seguí toda su evolución con mucha curiosidad e interés. Por eso me dio tanta pena derribarlo. Además, al día siguiente, dos avispas se pasaron toda la mañana sujetas al clavo sin nido, como si fuera una especie de acto funerario... ¡Me dieron una penita!
Besotes gordis, compañera exterminadora. :))
Las avispas, de verdad o del día a día dan miedo, y no se puede, ni debe, vivir con miedo. Recuerdo a mi vecina que, bueno, ella las eliminaba con agua hirviendo :) La veía desde la ventana, o tras las faldas de mi abuela; veía como se acercaba normalmente hasta un muro en que jugábamos los críos del barrio, y luego zaaas, y a correr se ha dicho :)
Mira, acabo de ver el nombre de tu entrada, y Mari, María podía y aún puede :)
Besos de recuerdo cuando me picó una, qué dolor
Pasaba por aqui... la puerta estaba abierta...
Para saludarte amiga...
Besos grandes!!!!!
Si las avispas no me han provocado, sería incapaz de matarlas. Pero si las avispas pudieran hacerme daño, no digo con un ladrillo, con lo que se me pusiera por delante las mataba.
Eso no quita para que las respete y las considere unos animales llenos de belleza.
Pero como dices, las peores avispas no son las avispas de verdad.
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